Alberto Quiros Corradi
La recomendación para agudizar lo conciente es vivir el momento. No se puede regresar al pasado (ya pasó) ni presenciar el futuro (no ha llegado)
Como sociedad tenemos una dificilísima tarea: superar la situación actual. Salir de este régimen que no solo ha devastado todo lo material sino que, peor aún, ha destruido nuestros valores. Si no actuamos con inteligencia corremos el peligro de convertirnos en zombies de un tirano (Como ya lo son los que dirigen los poderes públicos y las empresas del Estado)
Propongo como ejercicio nacional que meditemos y agudicemos nuestra conciencia para descubrir y apreciar lo mucho que hemos logrado como oposición.
De acuerdo a la nueva ciencia lo primero que debemos internalizar es el hoy. El ahora. ¿Dónde estamos? Revisemos nuestras fortalezas. Hemos logrado la unidad política mediante negociaciones dentro de los partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil. El resultado es el que conocemos. Que no fue perfecto. Aceptemos eso, pero y es un pero muy importante, es el resultado que tenemos y es mejor que la balcanización que teníamos antes. Que no fueron candidatos a diputados personas que merecían haber sido seleccionadas. Cierto. Pero seguir cuestionando el resultado (el hoy) no devolverá al ayer para empezar de nuevo, ni sabemos si al cambiar el hoy, el futuro será mejor. No nos olvidemos que lo que está en juego no es la selección del mejor equipo. Lo que está en juego es el sistema político bajo el cual hemos vivido más de 50 años que hoy corre el peligro de ser sustituido por un revoltijo ideológico que lo único que tiene claro es su capacidad destructiva. Por eso hay que luchar con el equipo ya seleccionado y contar con el apoyo de todos los que se quedaron afuera, bien porque no tenían méritos para estar allí, o porque no les interesaba o porque fueron excluidos injustamente. Le hacemos más daño a nuestra causa criticando y debilitando lo hecho, que asumir con entusiasmo lo que tenemos, convencidos de que no hay proceso político que pueda reclutar a todos los mejores. No intentemos componer lo que no está roto.
En una democracia normal, con un gobierno que no dividiera al país y que entendiera la naturaleza temporal de su presencia, los que aspiran a sustituirlo pueden tener entre ellos grandes diferencias y acudir a los comicios separados en varios grupos políticos. Pero ese no es el caso actual. El régimen controla casi la mitad del país, por lo que se debe evitar cualquier actitud pública que debilite a la unidad o que incentive al ausentismo electoral de la otra mitad. Ya se ha cuestionado suficiente los errores que cometió la Mesa de la Unidad en la selección de las candidaturas a la Asamblea Nacional. Ya se ha felicitado a sus componentes por el éxito obtenido.
No queda mucho tiempo para diseñar y apoyar la campaña electoral. Para proponer una agenda parlamentaria. Para sugerir los cambios que habrá que hacer en las políticas públicas para reconstruir al país. De ahora en adelante a trabajar nuestras fortalezas. De ahora en adelante Psicología Positiva.
Como sociedad tenemos una dificilísima tarea: superar la situación actual. Salir de este régimen que no solo ha devastado todo lo material sino que, peor aún, ha destruido nuestros valores. Si no actuamos con inteligencia corremos el peligro de convertirnos en zombies de un tirano (Como ya lo son los que dirigen los poderes públicos y las empresas del Estado)
Propongo como ejercicio nacional que meditemos y agudicemos nuestra conciencia para descubrir y apreciar lo mucho que hemos logrado como oposición.
De acuerdo a la nueva ciencia lo primero que debemos internalizar es el hoy. El ahora. ¿Dónde estamos? Revisemos nuestras fortalezas. Hemos logrado la unidad política mediante negociaciones dentro de los partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil. El resultado es el que conocemos. Que no fue perfecto. Aceptemos eso, pero y es un pero muy importante, es el resultado que tenemos y es mejor que la balcanización que teníamos antes. Que no fueron candidatos a diputados personas que merecían haber sido seleccionadas. Cierto. Pero seguir cuestionando el resultado (el hoy) no devolverá al ayer para empezar de nuevo, ni sabemos si al cambiar el hoy, el futuro será mejor. No nos olvidemos que lo que está en juego no es la selección del mejor equipo. Lo que está en juego es el sistema político bajo el cual hemos vivido más de 50 años que hoy corre el peligro de ser sustituido por un revoltijo ideológico que lo único que tiene claro es su capacidad destructiva. Por eso hay que luchar con el equipo ya seleccionado y contar con el apoyo de todos los que se quedaron afuera, bien porque no tenían méritos para estar allí, o porque no les interesaba o porque fueron excluidos injustamente. Le hacemos más daño a nuestra causa criticando y debilitando lo hecho, que asumir con entusiasmo lo que tenemos, convencidos de que no hay proceso político que pueda reclutar a todos los mejores. No intentemos componer lo que no está roto.
En una democracia normal, con un gobierno que no dividiera al país y que entendiera la naturaleza temporal de su presencia, los que aspiran a sustituirlo pueden tener entre ellos grandes diferencias y acudir a los comicios separados en varios grupos políticos. Pero ese no es el caso actual. El régimen controla casi la mitad del país, por lo que se debe evitar cualquier actitud pública que debilite a la unidad o que incentive al ausentismo electoral de la otra mitad. Ya se ha cuestionado suficiente los errores que cometió la Mesa de la Unidad en la selección de las candidaturas a la Asamblea Nacional. Ya se ha felicitado a sus componentes por el éxito obtenido.
No queda mucho tiempo para diseñar y apoyar la campaña electoral. Para proponer una agenda parlamentaria. Para sugerir los cambios que habrá que hacer en las políticas públicas para reconstruir al país. De ahora en adelante a trabajar nuestras fortalezas. De ahora en adelante Psicología Positiva.
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