viernes, 20 de abril de 2012

UN GRAN ACUERDO PETROLERO


Rafael Gallegos

¿Excremento del diablo, o pivote del desarrollo? Como en la cuña “la deuda o las lolas”, de nosotros depende: excremento o pivote. Llegó la hora de hacernos servir del petróleo, en lugar de sufrir sus consecuencias. El efecto de la industria petrolera en Venezuela, depende del uso que de él hagamos. El petróleo no es riqueza. Apenas significa dólares, que mal administrados se convierten en  pobreza, paquetes económicos y deudas impagables. Y Venezuela lo sabe.

Como en boom de los años setenta, cuando  nuestra portentosa improductividad, no nos impedía pasear por el mundo con un poder adquisitivo digno de los suecos, que hizo que calzara perfectamente aquello de la Tribu Tabarato. O estos desfachatados años de super boom, cuando la “revolución” ha utilizado UN MILLÓN DE MILLONES DE DÓLARES para degradarnos. Un país con el “corazón partío”, la mayor inflación y el menor crecimiento de América. Puro Sadim (Midas al revés).

Crisis de abundancia y crisis de escasez, con los mismos nefastos resultados. NUESTRA CRISIS ES, DE GERENCIA. O gerenciamos o erramos. Y con este monumental CERO EN GERENCIA que nos caracteriza…

LA HORA DE PENSAR EN PETRÓLEO

Muchos venezolanos han asomado interesantes ideas acerca del tema, que  han girado en torno a 1.- EFICIENCIA DE LA INDUSTRIA. 2.- DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA Y 3.- ESTADO CAPAZ DE GENERAR PROPERIDAD.  Un TRÍPODE PETROLERO. Si falla una de sus tres patas… no se logrará transformar el petróleo en pivote del futuro.

En cuanto a LA EFICIENCIA DE LA INDUSTRIA, las ideas van desde mantener el control estatal del negocio  hasta dividir las zonas petroleras en cuadritos para los mejores ofertantes. Es sabido que el control estatal ha devenido en  Petroestado, que otorga infinito poder al Presidente y a la larga genera Mesías. Sin embargo, hay que  diferenciar entre la dinámica llena de logros PDVSA, hasta la llegada de la “revolución”… y la de los últimos trece años, cuyo Plan parece llamarse Derrame Petrolero, vistos los resultados en los ríos, y tanta flacidez.

El mal uso dado a la estatización, no implica que haya que regresar a 1974. Si el negocio no lo controlamos los venezolanos, créalo, lo controlarán los extranjeros. Además, en la industria pre PDVSA, la planificación, el mercadeo, las estrategias, las políticas sociales y otros aspectos, los controlaban desde afuera. Nuestro principal recurso, se manejaba desde los centros de poder mundiales. La nacionalización evolucionó a la industria, desde una “saca tubos” hasta un emporio energético. Entre los logros de la nacionalización está el Cambio de Patrón de Refinación, la Internacionalización, el Intevep, el CIED, que difícilmente tendrían prioridad en un régimen concesionario puro.

Por otra parte, URGE CAMBIAR ESTATIZACIÓN POR NACIONALIZACIÓN. La dirección  de la industria debe normarse con MÚLTIPLE REPRESENTACIÓN, Estado, empresarios, academias, sindicatos, comunidad. SI EL PETRÓLEO ES DE TODOS, HAY QUE DIRIGIRLO ENTRE TODOS. Hace falta un Ministerio para las políticas, una Agencia de Energía  para otorgar permisos a las inversiones privadas (por ejemplo, en campos inactivos, campos marginales, faja, refinerías, y un largo etc.) y un Holding que gerencie la operación de manera sistémica. Es decir: HAY QUE ATRAER Y ORIENTAR CUANTIOSAS INVERSIONES, QUE TRANSFORMEN LA INDUSTRIA PETROLERA EN CALIDAD DE VIDA

Referente  a la DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA, los pensadores petroleros han emitido rica diversidad de opiniones. Desde dejarla como hasta ahora… hasta meterla en un “pote” para decidir al respecto. El principio fundamental es hacer que LA RENTA SE TRANSFORME EN CALIDAD DE VIDA. Se han asomado ideas interesantes, como usarla sólo en proyectos de inversión, descentralizarla hasta nivel regional, local y comunitario, distribuirla directamente a los venezolanos, hacer fondos para el futuro. Otros piensan en reorientar o redefinir el ISLR, las regalías y los dividendos.

Para transformar la renta petrolera en riqueza, es imperativo EL ESTADO CAPAZ DE GENERAR PROSPERIDAD. En pocas palabras, el próximo gobierno debe decretar REINGENIERÍA para el Estado Venezolano. Cambios radicales para lograr resultados espectaculares.

Y además, es necesario crear UNA EFICIENTE INDUSTRIA CONEXA que dinamice la economía.

Eficiencia, Renta y Estado, parámetros que debemos abordar estratégicamente, si queremos que el petróleo se transforme en catalizador de calidad de vida sustentable y no siga siendo en pan para hoy y hambre para mañana. UN GRAN ACUERDO PETROLERO ORIENTADO A ACABAR CON LA POBREZA, es imperativo si no queremos, seguir de boom en boom y de mesías en mesías. En el fondo lo importante no es el modelo, SINO QUE SEA COHERENTE. Como dijo Oscar Wilde, lo importante de un libro no es lo que dice, SINO QUE ESTÉ BIEN ESCRITO. Ah! y no olvidemos que esta puede ser, ahora sí,  nuestra última oportunidad.

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