Rafael Gallegos
¿Excremento del diablo, o
pivote del desarrollo? Como en la cuña “la deuda o las lolas”, de nosotros
depende: excremento o pivote. Llegó la hora de hacernos servir del petróleo, en
lugar de sufrir sus consecuencias. El efecto de la industria petrolera en
Venezuela, depende del uso que de él hagamos. El petróleo no es riqueza. Apenas
significa dólares, que mal administrados se convierten en pobreza, paquetes económicos y deudas
impagables. Y Venezuela lo sabe.
Como en boom de los años
setenta, cuando nuestra portentosa
improductividad, no nos impedía pasear por el mundo con un poder adquisitivo
digno de los suecos, que hizo que calzara perfectamente aquello de la Tribu
Tabarato. O estos desfachatados años de super boom, cuando la “revolución” ha utilizado
UN MILLÓN DE MILLONES DE DÓLARES para degradarnos. Un país con el “corazón
partío”, la mayor inflación y el menor crecimiento de América. Puro Sadim
(Midas al revés).
Crisis de abundancia y
crisis de escasez, con los mismos nefastos resultados. NUESTRA CRISIS ES, DE
GERENCIA. O gerenciamos o erramos. Y con este monumental CERO EN GERENCIA que
nos caracteriza…
LA
HORA DE PENSAR EN PETRÓLEO
Muchos venezolanos han
asomado interesantes ideas acerca del tema, que
han girado en torno a 1.- EFICIENCIA DE LA INDUSTRIA. 2.- DISTRIBUCIÓN
DE LA RENTA Y 3.- ESTADO CAPAZ DE GENERAR PROPERIDAD. Un TRÍPODE PETROLERO. Si falla una de sus tres
patas… no se logrará transformar el petróleo en pivote del futuro.
En cuanto a LA EFICIENCIA
DE LA INDUSTRIA, las ideas van desde mantener el control estatal del
negocio hasta dividir las zonas
petroleras en cuadritos para los mejores ofertantes. Es sabido que el control
estatal ha devenido en Petroestado, que
otorga infinito poder al Presidente y a la larga genera Mesías. Sin embargo, hay
que diferenciar entre la dinámica llena
de logros PDVSA, hasta la llegada de la “revolución”… y la de los últimos trece
años, cuyo Plan parece llamarse Derrame Petrolero, vistos los resultados en los
ríos, y tanta flacidez.
El mal uso dado a la
estatización, no implica que haya que regresar a 1974. Si el negocio no lo
controlamos los venezolanos, créalo, lo controlarán los extranjeros. Además, en
la industria pre PDVSA, la planificación, el mercadeo, las estrategias, las
políticas sociales y otros aspectos, los controlaban desde afuera. Nuestro
principal recurso, se manejaba desde los centros de poder mundiales. La
nacionalización evolucionó a la industria, desde una “saca tubos” hasta un
emporio energético. Entre los logros de la nacionalización está el Cambio de
Patrón de Refinación, la Internacionalización, el Intevep, el CIED, que
difícilmente tendrían prioridad en un régimen concesionario puro.
Por otra parte, URGE
CAMBIAR ESTATIZACIÓN POR NACIONALIZACIÓN. La dirección de la industria debe normarse con MÚLTIPLE
REPRESENTACIÓN, Estado, empresarios, academias, sindicatos, comunidad. SI EL
PETRÓLEO ES DE TODOS, HAY QUE DIRIGIRLO ENTRE TODOS. Hace falta un Ministerio para
las políticas, una Agencia de Energía para otorgar permisos a las inversiones
privadas (por ejemplo, en campos inactivos, campos marginales, faja,
refinerías, y un largo etc.) y un Holding que gerencie la operación de manera
sistémica. Es decir: HAY QUE ATRAER Y ORIENTAR CUANTIOSAS INVERSIONES, QUE
TRANSFORMEN LA INDUSTRIA PETROLERA EN CALIDAD DE VIDA
Referente a la DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA, los pensadores
petroleros han emitido rica diversidad de opiniones. Desde dejarla como hasta
ahora… hasta meterla en un “pote” para decidir al respecto. El principio
fundamental es hacer que LA RENTA SE TRANSFORME EN CALIDAD DE VIDA. Se han
asomado ideas interesantes, como usarla sólo en proyectos de inversión,
descentralizarla hasta nivel regional, local y comunitario, distribuirla
directamente a los venezolanos, hacer fondos para el futuro. Otros piensan en reorientar
o redefinir el ISLR, las regalías y los dividendos.
Para transformar la renta petrolera
en riqueza, es imperativo EL ESTADO CAPAZ DE GENERAR PROSPERIDAD. En pocas
palabras, el próximo gobierno debe decretar REINGENIERÍA para el Estado
Venezolano. Cambios radicales para lograr resultados espectaculares.
Y además, es necesario
crear UNA EFICIENTE INDUSTRIA CONEXA que dinamice la economía.
Eficiencia, Renta y Estado,
parámetros que debemos abordar estratégicamente, si queremos que el petróleo se
transforme en catalizador de calidad de vida sustentable y no siga siendo en
pan para hoy y hambre para mañana. UN GRAN ACUERDO PETROLERO ORIENTADO A ACABAR
CON LA POBREZA, es imperativo si no queremos, seguir de boom en boom y de
mesías en mesías. En el fondo lo importante no es el modelo, SINO QUE SEA
COHERENTE. Como dijo Oscar Wilde, lo importante de un libro no es lo que dice,
SINO QUE ESTÉ BIEN ESCRITO. Ah! y no olvidemos que esta puede ser, ahora sí, nuestra última oportunidad.
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