lunes, 2 de abril de 2012

La Fiscal y sus muertos

                            
                                                                       Eddie A. Ramírez S.
 La Fiscal Luisa Ortega dividió a los muertos venezolanos en dos grupos: los de ella  y los otros.  Los primeros ameritan abrir una investigación para identificar a los asesinos y castigarlos. Los otros son muertos de segunda que a ella no le importan. Por ello declaró: "Nuestros muertos están siendo reivindicados; los estamos reivindicando. No sólo porque estamos haciendo reconocimiento de las luchas que durante muchos años libraron. Ahora Venezuela es respetuosa de los Derechos Humanos". Evidentemente para la Fiscal ella solo debe velar por los Derechos Humanos de los “revolucionarios”.
Nadie puede oponerse a que se investiguen las muertes de los caídos entre 1958 y 1998 y se sienten responsabilidades. Sin embargo, tal y como sostiene el historiador Antonio García Ponce, es necesario diferenciar entre quienes cayeron en combate durante enfrentamientos guerilla-ejército, y los que fueron asesinados ya estando presos, incluyendo los desaparecidos de los Teatros de Operaciones.
Para la Fiscal,  los ciudadanos asesinados, por razones políticas o comunes,  después de 1999 no están en su agenda. Para ellos  y para los agredidos en las marchas y para los comunicadores  atropellados,  para  RCTV y para más de 34 emisoras de radio confiscadas, para Globovisión y muchos otros casos, la Fiscalía es sorda y ciega.
Señora Ortega, en su despacho reposan varias denuncias de Gente del Petróleo sobre el asesinato de nuestro compañero José Manuel Vilas el 1 de marzo del 2004, cuyos autores están identificados pero disfrutan de la impunidad que graciosamente otorga la revolución.  De los 19 ciudadanos asesinados y 73 heridos de bala el 11 de abril apenas se investigaron dos casos, no para encontrar a los culpables, sino para condenar a venezolanos inocentes y querer distorsionar la historia. Evidentemente la Fiscalía está solo al servicio del régimen para castigar a los opositores. 
Sobre sus declaraciones de que en Venezuela se respetan los Derechos Humanos no hay duda que usted coincide con el “brillante” Saltrón, representante del régimen en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y con Luís Brito García cuando este  afirma que para evitar las agresiones los periodistas pueden seguir los eventos por el canal del Estado. ¡Qué vergüenza!

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