Que un General en Jefe como Rangel Silva, un Mayor General como Motta Dominguez y generales de brigada como Benavides y Figueroa Chacín violen la Constitución, sean sumisos y embusteros, no debe extrañarnos, ni preocuparnos. Son el equivalente de los civiles y poco civilizados Maduro, Flores, Aristóbulo, Vivas, Chaderton o Rafael Ramírez. Ciertamente los oficiales citados tienen armas, pero solo las que por reglamento pueden portar. Sus loas al teniente coronel y golpes de pecho de fidelidad hasta la muerte son solo palabras para ganar indulgencias. Muy pocos en la Fuerza Armada están de acuerdo en violar la Constitución para que el de Sabaneta se perpetúe en el poder mediante el fraude electoral. Caso de intentarlo, nuevamente se producirá un desconocimiento a órdenes ilegales y se impondrá la razón del voto. Indudablemente algunos militares han hecho daño al país y a sus ciudadanos, pero igualmente lo han ocasionado un Rafael Ramírez al destruir a Pdvsa o un Maduro al acabar con el profesionalismo de la Cancillería.
Entendamos que una cosa es la institución armada y otra que algunos de sus componentes incurran en violaciones a los derechos humanos. Entre los atropellos cometidos por algunos oficiales de la Guardia Nacional y efectivos de ese cuerpo, que ameritan sanciones y que no deben olvidarse, cabe recordar la vergonzosa actuación de los chacales del Destacamento 44 en contra de niños, ancianos y adultos habitantes de Los Semerucos que fueron agredidos con la complicidad de la noche, con el resultado de 19 ciudadanos lesionados y 36 niños afectados por los gases . Sobre este atropello hemos solicitado se investiguen a los entonces teniente coronel Lenin González Trompiz, mayor Manuel Graterol, capitanes Giovani Bianco y Raúl Millán, teniente Montilla, sargento Omar Luque Z., cabos Julio Mireles y Bravo, y guardias Alirio Barradas, Bermudez y Piña, así como al teniente coronel retirado Dionisio Durán.
Otros hechos repudiables y que claman por enjuiciamientos son los perpetrados por los integrantes del pelotón de la Guardia que permitieron que unos pistoleros asesinaran a José Manuel Vilas en San Antonio de los Altos. También los agresores de Elinor Montes y Elba de Diamante. ¿Qué pasó con el juicio de los oficiales acusados del asesinato de Evangelina Carrizo en el Zulia y los que fueron imputados el 11 de abril por disparar en contra de ciudadanos indefensos? ¿Acaso no es un delito dispersar una manifestación pacífica lanzando bombas lacrímógenas delante, en medio y detrás de una concentración, para cortarle la retirada a la gente y disparar perdigones en contra de mujeres y estudiantes acorralados?
Nunca, ni siquiera durante la dictadura de Pérez Jiménez, efectivos de la Guardia cometieron tantos atropellos como en este Totalitarismo Siglo XXI, pero ello no quiere decir que ese cuerpo, del cual mi padre fue uno de sus fundadores cuando el ejército lo destacó entre 1938 y 1943 en Villa Zoila, esté comprometido con este régimen. Los civiles debemos entender que así como hay jueces sumisos y represores que han enviado a la cárcel a ciudadanos inocentes, también en la Fuerza Armada hay sujetos de esa calaña, pero la gran mayoría no está de acuerdo con los atropellos, con las loas al Jefe y mucho menos aceptarían desconocer el triunfo de la alternativa democrática en las próximas elecciones. Acusemos a los transgresores, no a la institución armada y recordemos que es a los civiles a quienes corresponde denunciar las violaciones a la Constitución y aplicar los correctivos del caso. La Fuerza Armada no es, ni debe ser, el árbitro. Sus funciones están claramente establecidas en el Artículo 328 de la Constitución. Entendamos que no hay diferencias entre civiles y militares, unos y otros tenemos los mismos defectos y virtudes propias de los venezolanos y que hoy una treintena de oficiales están en el exilio, cientos fueron dados de baja arbitrariamente y algunos pagaron largos años de cárcel por ser institucionalistas.
Hacemos un llamado a todas las instituciones, inclusive a la Asamblea Nacional, a pronunciarse en contra de los militares que están anunciando la intención de dar un golpe de Estado cuando el actual mandatario pierda las elecciones. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
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