Estuvimos a punto de perder el futuro. No teníamos candidatos, no había un acuerdo creíble de unidad, ni un programa de gobierno. Hoy contamos con cinco precandidatos con buenas credenciales, la unidad es una realidad y se está finiquitando el programa y los mensajes. La derrota del debilitado gran embaucador es inevitable, a pesar del ventajismo oficial y de la parcialidad del CNE. Por ello no nos cabe duda de que en el 2012 saldremos del siglo XIX y en enero del 2013 entraremos al siglo XXI.
El camino no ha sido fácil. Ciertamente todos cometimos errores antes de 1998 y después de esta fecha, unos por acción y otros por omisión, pero no es momento de recriminaciones. Tengamos claro que el enemigo es el teniente coronel a quien hay que desplazar del poder y que los chavistas son solo adversarios políticos con quienes tendremos que convivir democráticamente. El próximo período presidencial será difícil y para que haya paz y gobernabilidad debemos olvidarnos de muchos agravios del presente, sin dejar impunes los delitos que se hayan cometido.
Un punto importante es respetar las ideas ajenas, lo cual no quiere decir que no haya que rebatirlas cuando sea necesario. Callar ante determinadas prédicas con las cuales no comulgamos es hacernos cómplices. En la medida en que la sociedad civil y los partidos exijan a las nuevas autoridades el cumplimiento de sus promesas y que protestemos si se producen abusos podremos tener una mejor democracia.
Entre los muchos retos que tendrá el nuevo gobierno, quizá los más relevantes son el tema de la Fuerza Armada y de Pdvsa. Ante la alcahuetería del Poder Moral, con el cual no puede contarse, los fusiles y los ingresos petroleros son de vital importancia para garantizar la gobernabilidad. La labor es menos compleja de lo que muchos piensan, ya que tanto la Fuerza Armada como Pdvsa son organizaciones piramidales que fueron tomadas por asalto imponiendo unos altos mandos sumisos, pero en la base predomina el concepto de la meritocracia para los ascensos y la mayoría de sus componentes están en desacuerdo con la politización de sus jefes. Una vez que éstos sean removidos y que se asegure al resto del personal que de ahora en adelante lo que contará son las cualidades de cada quien, tengamos por seguro que ambas organizaciones se recuperarán en un corto plazo. Además, parte de la tarea es rescatar los valores y eliminar las extralimitaciones de funciones. El futuro ya no es sombrío, ni depende del mendaz teniente coronel. Ahora depende de todos los venezolanos de buena voluntad.
Como en botica: Nuestra solidaridad con las valientes Mujeres de Negro que están en huelga de hambre para exigir la libertad de los presos políticos y el regreso de los exiliados. Para favorecer a los sandinistas y hundir a nuestros caficultores, el régimen vendepatria importa café de Nicaragua de inferior calidad y a precios más altos que los vigentes para los productores nacionales. Igualmente dañina para nuestra gente del campo son las importaciones de hortalizas que impiden la colocación de la cosecha nacional. Como desaparecerá de la escena política, al lenguatón no le importa dejar endeudado al país. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
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