Rafael Gallegos
¿Podrían explicarnos los iluminados del comunismo, la teoría full desparpajo que esgrimen para culpar al bloqueo norteamericano por el racionamiento de frijoles al pueblo cubano en pleno 2010 (léase hambre), o por la nulidad de libertades, o por el impedimento a la marcha de las heroicas Damas de Blanco? ¿Podrían aclararnos esos teóricos del comunismo como logran culpar a la corrupción de la cuarta república por la fuga de médicos recién graduados, o por su manifiesta incapacidad para gerenciar la basura, o por la escasez de insumos, de médicos y de buenas instalaciones en los centros hospitalarios de Venezuela? ¿Qué tienen que ver los “cuarenta años de las cúpulas podridas” con la pésima gerencia en materia de electricidad que nos lleva de apagón en apagón, así como de “pagón en pagón” en la reparación de electrodomésticos? ¿O la invasión a Grenada con la dramática baja de producción y de calidad de gestión en la industria petrolera, o con la “invasión” de haciendas y sus consecuentes eriales improductivos que generan desempleo y hambre? Se trata de ubicar al imperialismo y la corrupción de la cuarta república como excusa; pero no logran tapar la incapacidad gerencial y mucho menos la escasez de sentido común que los caracteriza.
Hay que recalcar una vez más que el pueblo no eligió al gobierno para que salvara la patria y la llenara de héroes momificados o peor, de imberbes guerrilleros comunicacionales, sino para cosas más terrenales como controlar la delincuencia, generar empleo, incrementar la producción, arreglar las carreteras, fomentar la producción agrícola, atraer inversiones. El pueblo no los eligió para que fueran líderes del planeta, cual Cerebro, que le dice a Pinky que hoy salvarán al mundo; sino para que ejerzan un rol más humilde y local; para que se fajen con los hospitales, las escuelas, las carreteras, las empresas, la delincuencia… y de aquí.
Somos el país con más triunfos pírricos por kilómetro cuadrado. El igualitarismo que dicen provocó la Guerra Federal costó el arrase de Barinas y de la producción agropecuaria del llano. La llamada paz gomecista, fue a costa de toneladas de torturados, así como de 85 % de analfabetas a la muerte del dictador. Las obras públicas de Pérez Jiménez fueron cementadas con miles de perseguidos, exiliados y presos políticos. Peor los remedios que las enfermedades.
Y en esta “revolución”, el sentido común ha resultado el menos común de los sentidos. ¿Cómo se justifica el despilfarro de casi mil millardos de dólares? ¿Tanto control de cambio y de precios para terminar siendo el país con más inflación en el mundo occidental? ¿Se puede hablar de soberanía alimentaría mientras se espanta a los productores de alimentos? ¿Se puede hablar de derrota a la pobreza, mientras proliferan los ranchos en los cerros de Caracas? ¿Y qué de la subsidiada y represiva Cuba como modelo a seguir? Vender el comunismo como panacea, equivale a vender televisores en blanco y negro. ¿Dónde está el sentido común? ¿En que cabeza cabe que se puedan solucionar lo problemas de Venezuela, sin diálogo, planteando que no hay reconciliación posible, ignorando a los que se oponen al gobierno, invadiendo haciendas, expropiando industrias, espantando inversiones, licuando los poderes públicos? Por tanto fracaso, van cayendo los muros del comunismo. Y nosotros… ¿nos estamos comiendo la flecha de la historia?
¿PARA QUÉ SIRVEN LOS GOBIERNOS?
A grosso modo, los gobernantes locales y regionales, son electos para limpiar y reparar calles, avenidas y autopistas, gerenciar la basura, arreglar y sistematizar los ambulatorios, los centros educativos, bregar con los vecinos, solucionar los problemas de los barrios y conectarse con el Poder Nacional para acometer soluciones de fondo. El pueblo elige al Poder Nacional para que maneje la defensa, las relaciones internacionales, promueva inversiones, estimule la producción, las empresas, el empleo, una al país como un solo individuo. Puro sentido común. La manera más útil de emular a nuestros libertadores es servir a Venezuela humildemente y generar calidad de vida. Sin liderazgos mesiánicos, sólo demócratas preparados que trabajen en equipo. Como Álvarez Paz, Ledezma, Capriles, María Corina, Eddie Ramírez y tantos hombres y mujeres capaces, que sin tanta “grandeza” ni ganas de permanecer en el poder, le apliquen al país dosis de conocimiento, equipo, gerencia, estrategia… nada diferente a lo que hace el mundo exitoso. Menos héroes y más sentido común. Sentido Común, Presidente… o por lo menos, diputado.
PD: Recemos para que tanto sentido común, no los lleve a imputar a la iguana de los apagones, en la investigación sobre la muerte del Libertador.
¿Podrían explicarnos los iluminados del comunismo, la teoría full desparpajo que esgrimen para culpar al bloqueo norteamericano por el racionamiento de frijoles al pueblo cubano en pleno 2010 (léase hambre), o por la nulidad de libertades, o por el impedimento a la marcha de las heroicas Damas de Blanco? ¿Podrían aclararnos esos teóricos del comunismo como logran culpar a la corrupción de la cuarta república por la fuga de médicos recién graduados, o por su manifiesta incapacidad para gerenciar la basura, o por la escasez de insumos, de médicos y de buenas instalaciones en los centros hospitalarios de Venezuela? ¿Qué tienen que ver los “cuarenta años de las cúpulas podridas” con la pésima gerencia en materia de electricidad que nos lleva de apagón en apagón, así como de “pagón en pagón” en la reparación de electrodomésticos? ¿O la invasión a Grenada con la dramática baja de producción y de calidad de gestión en la industria petrolera, o con la “invasión” de haciendas y sus consecuentes eriales improductivos que generan desempleo y hambre? Se trata de ubicar al imperialismo y la corrupción de la cuarta república como excusa; pero no logran tapar la incapacidad gerencial y mucho menos la escasez de sentido común que los caracteriza.
Hay que recalcar una vez más que el pueblo no eligió al gobierno para que salvara la patria y la llenara de héroes momificados o peor, de imberbes guerrilleros comunicacionales, sino para cosas más terrenales como controlar la delincuencia, generar empleo, incrementar la producción, arreglar las carreteras, fomentar la producción agrícola, atraer inversiones. El pueblo no los eligió para que fueran líderes del planeta, cual Cerebro, que le dice a Pinky que hoy salvarán al mundo; sino para que ejerzan un rol más humilde y local; para que se fajen con los hospitales, las escuelas, las carreteras, las empresas, la delincuencia… y de aquí.
Somos el país con más triunfos pírricos por kilómetro cuadrado. El igualitarismo que dicen provocó la Guerra Federal costó el arrase de Barinas y de la producción agropecuaria del llano. La llamada paz gomecista, fue a costa de toneladas de torturados, así como de 85 % de analfabetas a la muerte del dictador. Las obras públicas de Pérez Jiménez fueron cementadas con miles de perseguidos, exiliados y presos políticos. Peor los remedios que las enfermedades.
Y en esta “revolución”, el sentido común ha resultado el menos común de los sentidos. ¿Cómo se justifica el despilfarro de casi mil millardos de dólares? ¿Tanto control de cambio y de precios para terminar siendo el país con más inflación en el mundo occidental? ¿Se puede hablar de soberanía alimentaría mientras se espanta a los productores de alimentos? ¿Se puede hablar de derrota a la pobreza, mientras proliferan los ranchos en los cerros de Caracas? ¿Y qué de la subsidiada y represiva Cuba como modelo a seguir? Vender el comunismo como panacea, equivale a vender televisores en blanco y negro. ¿Dónde está el sentido común? ¿En que cabeza cabe que se puedan solucionar lo problemas de Venezuela, sin diálogo, planteando que no hay reconciliación posible, ignorando a los que se oponen al gobierno, invadiendo haciendas, expropiando industrias, espantando inversiones, licuando los poderes públicos? Por tanto fracaso, van cayendo los muros del comunismo. Y nosotros… ¿nos estamos comiendo la flecha de la historia?
¿PARA QUÉ SIRVEN LOS GOBIERNOS?
A grosso modo, los gobernantes locales y regionales, son electos para limpiar y reparar calles, avenidas y autopistas, gerenciar la basura, arreglar y sistematizar los ambulatorios, los centros educativos, bregar con los vecinos, solucionar los problemas de los barrios y conectarse con el Poder Nacional para acometer soluciones de fondo. El pueblo elige al Poder Nacional para que maneje la defensa, las relaciones internacionales, promueva inversiones, estimule la producción, las empresas, el empleo, una al país como un solo individuo. Puro sentido común. La manera más útil de emular a nuestros libertadores es servir a Venezuela humildemente y generar calidad de vida. Sin liderazgos mesiánicos, sólo demócratas preparados que trabajen en equipo. Como Álvarez Paz, Ledezma, Capriles, María Corina, Eddie Ramírez y tantos hombres y mujeres capaces, que sin tanta “grandeza” ni ganas de permanecer en el poder, le apliquen al país dosis de conocimiento, equipo, gerencia, estrategia… nada diferente a lo que hace el mundo exitoso. Menos héroes y más sentido común. Sentido Común, Presidente… o por lo menos, diputado.
PD: Recemos para que tanto sentido común, no los lleve a imputar a la iguana de los apagones, en la investigación sobre la muerte del Libertador.
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