En el supuesto negado de ganar el SÍ, ¿se haría legal-legalito el abuso de los grupos irregulares del gobierno para destrozar las oficinas y llenar de azúcar los tanques de los vehículos cada vez que pierdan elecciones, como le han hecho al alcalde Ledezma? ¿Se legalizaría la apropiación de las instalaciones del Ejecutivo, como le hacen al gobernador Pérez Vivas? ¿Se haría costumbre liberar a individuos capturados in fraganti, armados y filmados disparando, por el sólo hecho de apoyar la “revolución”? ¿Se le daría barniz legal a la declaración de “objetivos militares” a ciudadanos e instituciones ante la vista gorda del gobierno? ¿Sería “normal” que la presidenta del CNE pida respeto mientras inerte, contempla cómo le pasean frente a sus mismas narices a las gandolas de PDVSA en rol de proselitismo?
No lo dude, presidencia perpetua es abuso perpetuo. Como el policía que detiene a un peatón, le pide la cédula y se la rompe. Cuando el ciudadano reclama el policía le dice: “¿que te rompí la cédula? … tú lo que estás es loco, eso estaba roto”. El policía sabe que abusa. El peatón sabe que le mienten y se siente humillado. Y no hay nada más peligroso que un pueblo humillado.
Ante este panorama, la “revolución” nos pide a los venezolanos que votemos por la posibilidad de un presidente forever, como si tantos fideles, kimilsunes, polpotes, stalines o francos, no hubieran dejado tras sí pueblos humillados, abusados en sus derechos humanos y encerrados en sus laberintos. ¿Es eso lo que usted quiere para Venezuela?
DAME EL SÍ… PARA OFICIALIZAR
Dame el SÍ, le pide el gobierno a los venezolanos como un galán a una muchacha bonita. Y la muchacha será bonita; pero no gafa. Sabe de sobra que el SÍ significaría terminar de quebrar a PDVSA, donde la lobotomía logró el milagro al revés de transformarla en una flácida empresa de tercera categoría muy a la cola de PETROBRAS y PEMEX, entre otras. Qué vergüenza. Eso era impensable hace diez años. ¿Para eso quieren el SÍ? Sabemos que el monumental cero en gerencia de esta revolución, también enrumba hacia la quiebra de las empresas básicas de Guayana, de la ganadería, de la producción industrial, hacia la oficialización de los apagones. Nos piden el SÍ, para terminar de postrar al país, cada día más dependiente de un petróleo en decadencia. SÍ, para oficializar el control de cambios, aspecto donde están quedando como los peores economistas del continente. Somos los únicos con control de divisas y los de mayor inflación y fuga de divisas. Entonces, ¿para qué tanto control?
A esta “revolución” no le interesa construir un país próspero, ni tiene capacidad para ello. Sólo quiere llevarnos hacia una sociedad como la cubana: flácida, marásmica, sin fuerza para rebelarse solicitando democracia. El mejor caldo de cultivo para la sumisión y para los líderes perpetuos. Creen que los venezolanos somos gafos. Que vamos a comprarles ese anticuado televisor en blanco y negro y sin control. Olvidan que el socialismo cayó tras la cortina de hierro, porque los titirizados “hombres nuevos” se asomaban, a escondidas, por arriba del muro y veían cómo en el resto de Europa los “explotados” del capitalismo, trabajaban, les pagaban bien, tenían salud, educación y por si fuera poco, libertad. Los deslenguados afirman que los “hombres nuevos” soñaban con el capitalismo: explótame, róbame la plusvalía, aliéname… pero sácame de aquí. Puro efecto demostración. En Venezuela los Trucutrú – ¿lo habrán nacionalizado express?- actúan como si nunca hubiera caído el muro de Berlín y el socialismo autoritario y abusador (que es lo mismo) como el que proponen, no fuera el primer generador de hambre y represión en el planeta. Corea del Norte, Cuba y Camboya así lo demuestran. La “revolución” nos pide que nos igualemos a esos países sometidos por la fuerza y que, vía electoral, le digamos SÍ al mesianismo y al abuso de poder como sistema de gobierno.
Pero no contaban con la astucia de los venezolanos. Parafraseando a Marx, podemos rezar: la democracia genera en su seno el germen de su propia conservación. Y contra eso es que se estrellan todos los días. Contra el muro de contención construido con el espíritu libertario de los venezolanos. El Muro de
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