Eddie. A. Ramírez S.
¿Puede
Henrique Capriles realizar una campaña contundente antes del 7 de
octubre y ganar las elecciones? ¿Puede gobernar después de lograr la
mayoría de votos? ¿Qué se debe hacer para minimizar riesgos? Estas
preguntas seguramente se las habrá planteado el joven y dinámico
candidato y su comando de campaña.
Todo indica que sus
probabilidades de triunfar son altas, gracias a su estrategia de
reconciliación, dentro de un buen programa de gobierno cuyos
lineamientos fueron aprobados por amplio consenso. El punto está en que
ante un CNE parcializado que permite el abusivo ventajismo oficial y
frente a grupos violentos que
dificultan el libre voto y hostigan la presencia de testigos y
recolección de las actas en Mesas ubicadas en “territorios chavistas”,
las probabilidades de triunfo pueden disminuir. Un eventual triunfo de
los rojos es poco probable, pero es posible, y sería mortal para la
democracia. Ello obliga a reducir riesgos.
A pesar de algunas
dudas, la Fuerza Armada reconocerá el triunfo de Capriles y quizá solo
se presenten unos pocos hechos de violencia por grupos de fanáticos. El
problema no es el reconocimiento y su toma de posesión, sino la
gobernabilidad después de enero del 2013, cuando Henrique se encontrará
con un ambiente hostil en los otros Poderes del Estado. Desde luego que
su triunfo derribará algunos obstáculos, pero la tarea no será sencilla y
hay que prever que tenga el mayor apoyo político posible.
Pueden
visualizarse dos vías complementarias:1-Tender puentes y 2-Fortalecer el
bloque
democrático. La primera es muy importante y hay que navegar en ese
sentido, con un claro mensaje de que no habrá cacería de brujas y que
podemos convivir; aunque confiamos que puedan lograrse acuerdos mínimos,
no todo dependerá de la buena voluntad del equipo de Capriles.
La
segunda vía sí depende totalmente del Comando Tricolor y de la MUD. La
misma implica un reconocimiento de que desplazar a un régimen
totalitario no es sencillo y por ello tiene que haber un pacto de
transición, como plantea Manuel Felipe Sierra, más allá de los
Lineamientos acordados. Un punto necesario, pero no suficiente, es la
declinación de Capriles a su legítimo derecho a la reelección.
Ciertamente implica desprendimiento por parte del candidato y de Primero
Justicia, pero la situación lo amerita. Esta decisión no solo le
ganaría muchos votos, sino que le daría un entusiasta apoyo del resto de
los actores de la alternativa
democrática.
Como en botica: Agradezco que el teniente coronel me
haya quitado el derecho a la jubilación que ya tenía aprobado y que mis
compañeros de Gente del Petróleo me designaran Coordinador Nacional.
Ello me ha permitido conocer, apreciar y a veces rectificar mi opinión
sobre algunos venezolanos. Uno de ellos es Pompeyo Márquez, quien el 28
cumple 90 años de muchos aportes para construir un mejor país, algunas
equivocaciones y valientes rectificaciones. Larga vida a Santos Yorme
miércoles, 25 de abril de 2012
Antes y después del 2013
Publicado por Nelson Hernandez en 5:26
Etiquetas: Eddie Ramirez, elecciones 2012, Henrique Capriles, politica
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