martes, 27 de septiembre de 2011

A TREINTA AÑOS DE BETANCOURT


Rafael Gallegos

Un día de septiembre de 1981, Rómulo Betancourt buscaba un libro en su biblioteca, sintió un mareo, se cayó, lo trasladaron a una clínica… y eso fue todo. El final del político más importante que ha tenido Venezuela en el siglo XX y lo que va del XXI. El duro  exilio cuando los dictadores Juan Vicente Gómez y Pérez Jiménez, así como la vida clandestina en tres de los años de López Contreras, aunado a las secuelas del atentado del 24 de junio de 1960, no le permitieron pasar de 73 años. El 28 de este mes se cumplen treinta años de su desaparición física. Hoy, el interés por investigar su vida y su significado actual, se acrecienta. Nació en plena dictadura y murió  en el marco de una próspera democracia que él ayudó a fundar.

Y eso no fue casual. La generación del 28, marca la génesis. La transición de López y Medina, luego de la muerte de Gómez, hace punto de inflexión de la tradición dictatorial. La llamada Revolución de Octubre, de donde emergió  el joven de 37 años Rómulo Betancourt como Presidente de la Junta de Gobierno,  acercó a los civiles al poder, como nunca en nuestra historia tan militarizada, e implantó el voto directo y universal; por primera vez pudieron votar las mujeres y los analfabetos y elegir directamente al Presidente de la República y a los congresantes. Luego, la interrupción del dictador Pérez Jiménez, que adelantó una obra de infraestructura en medio de persecución, exilio y asesinato de la disidencia. En 1958  insurgen militares  civilistas, encabezados por un prócer de la democracia, el almirante Wolfang Larrazábal, y acaban con la dictadura.

El 31 de octubre de ese año, Rómulo Betancourt firmó junto a Rafael Caldera y Jóvito Villalba, el PACTO DE PUNTO FIJO. Modelo latinoamericano, seguido por los chilenos al final del general Pinochet y en otros países al término de autocracias. Pacto vilipendiado y demonizado por esta “revolución”, cuando todos ya sabemos que con un improbable pacto similar entre Chávez y los líderes de la oposición, no habría en Venezuela estas fatídicas polarización, ni exclusión, resentimiento y opacidad, soportes de esta monumental desfachatez. 
La unión de PUNTO FIJO permitió a los venezolanos, entre otras cosas,  enfrentar la invasión y las guerrillas de los años sesenta  y los movimientos golpistas conocidos como Porteñazo, Carupanazo  y  Barcelonazo, inspirados en buena parte por el “demócrata” Fidel Castro, modelo de gobernante para esta “revolución”.

OTRA VEZ PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

Betancourt ganó las elecciones de 1958. Implanta la reforma agraria, enfrenta con guáramo la subversión de izquierda y de derecha. Hace una revolución educativa, construye decenas de universidades y centenares de escuelas. Enfrenta a los dictadores latinoamericanos y expulsa a Castro de la OEA. Funda Ciudad Guayana, construye e inaugura el Puente sobre el Lago. Planifica y adelanta  el Guri, y el puente sobre  el Orinoco. Miles de kilómetros de caminos agrarios y autopistas. Crecimiento de ciudades y del sureste de caracas. Y etc.etc.etc… y mantuvo el sistema democrático. TODO EN APENAS CINCO AÑOS. Cumplió su frase “ni un día más ni un día menos” y entregó el gobierno a Raúl Leoni en la fecha que correspondía. Sin estridencias, sin intentos de permanencia en el poder. Pudiendo serlo, no quiso volver a ser Presidente.

Además de ser un gran organizador que fundó Acción Democrática, fue un intelectual, cuya máxima obra “Venezuela Política y Petróleo” es de lectura y relectura obligatoria.

Junto a otros demócratas a carta cabal fundó los llamados 40 años. Antes vilipendiados por los mismos que hoy, ante tanto desaguisado ineficiente y antidemocrático de esta “revolución”, los rememoran con dejo de nostalgia.

Sí, 40 años con defectos y con virtudes. En realidad un modelo que se agotó y a la vista está, que no supimos reemplazar o evolucionar. Impulsado por nuestra realidad petrolera; pero paradójicamente debilitado por el EFECTO VENEZUELA, producto del mal uso de los altos ingresos petroleros a partir de los años setenta. 

Betancourt nació en una dictadura de un país  palúdico y analfabeta  y murió en medio de una dinámica democracia de un país muy diferente, que él ayudó a forjar. Murió SIN FORTUNA Y SIN METER A NINGÚN PARIENTE EN CARGOS GUBERNAMENTALES. ¿Qué nos deja?, los valores democráticos, la organización y el guáramo para defenderlos y el estudio profundo del país como arma para los programas de gobierno.

Ah! y en el espíritu democrático de los venezolanos, que ha servido de muro de contención al totalitarismo… también tiene participación, junto a otros venezolanos próceres de la democracia. ¿Cuándo construiremos el PARQUE DE LA DEMOCRACIA, dedicado a ellos? 

Gloria a su memoria. Se solicita otro Rómulo Betancourt. Ojalá haya uno entre los precandidatos. Las sociedades no se suicidan. Los grandes líderes aparecen… cuando los necesitan.

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