Ediie Ramirez
La Defensora del teniente coronel amenazó con prisión de dos a cinco años a quienes denuncien que el agua está contaminada y a cualquiera que “difunda informaciones falsas que causen pánico en la colectividad”. ¡Qué buena noticia, por fin serán encanados todos esos funcionarios que nos tienen asustados con sus mentiras!
Ya la joven Gaby Ramírez entendió que su puesto es para defender al pueblo. Después de esa declaración, muy a su pesar, tendrá que acusar al teniente coronel porque ¿quién no está en pánico con sus amenazas de guerra con Colombia? Si cuando tenía que tomar Miraflores se quedó en el Museo Militar, ¿A quien no le da culillo que nos embarque y él se quede contemplando desde Táriba la pelea por tomar Pamplona? Aunque muchos sospechamos que son solo habladeras de pendejadas para impresionar a Maradona explicándole cómo se perfora la valla enemiga, no faltarán quienes entren en pánico y por ello debe ser enchironado.
Aunque son ciertas sus amenazas de que la propiedad privada es un mito y sus gritos destemplados de ¡expropiese! ¡Venga pa’ca que tengo flor!, también debe ser encanado por causar pánico entre los propietarios en lugar de hacer las expropiaciones a la “chita callando”.
Como seguramente la Defensora todavía conserva algo de cariño por su jefe, tratará de que esté acompañado y al menos pueda jugar dominó. Se cuidaría de no encerrar a más de cuatro para que no estén incómodos, por aquello del hacinamiento carcelario. Aquí tendremos que ayudarla porque ¿se imaginan el dilema de escoger a solo tres más, entre tantos promotores de pánico?
Rafael Ramírez tiene la primera opción. Primero porque es tan leal que sería incapaz de reclamarle una metida de pata en el dominó si juegan de compañeros y si es contrario preferiría ahorcarse la cochina antes que ganarle una partida a su comandante-presidente. Segundo por todo el pánico que ha causado a la población con la falsa información de que son solo unos cuantos kilitos los alimentos podridos de la filial PDVAL; como la gente contó cientos de contenedores, seguramente hay pánico de solo pensar que todo alimento importado está podrido. También causa pánico cuando declara que “puse en PDVAL a mis mejores hombres” ( lo cual es cierto). Coño, ¿si allí estaban los mejores, cómo serán los directivos responsables de producir petróleo que es nuestra casi única fuente de divisas?
El tercero de la partida podría ser Jesús Luongo, Gerente del Centro de Refinación de Paraguaná, quien casi todas las semanas anuncia un incendio en las instalaciones pero declara que “sin mayores consecuencias”. Como todo Punto Fijo divisa las enormes llamaradas los pobladores entran en pánico de solo pensar cómo será uno de grandes consecuencias. El cuarteto lo puede completar con Tarek El Aisami, quien sostiene que la seguridad ha mejorado, noticia evidentemente falsa que causa pánico en los barrios ante la información de que para las autoridades ya no hay problemas y todos pueden circular sin temor hasta avanzadas horas de la noche.
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