La "revolución" nos aprobó un crédito que los venezolanos no hemos solicitado y se empeña en fiarnos el totalitarismo. Vendérnoslo en cómodas cuotas y envuelto en un hermoso envase llamado socialismo del siglo XXI. El mismo paquete que le vendió Fidel Castro al pueblo cubano. Puro comunismo. Cero libertades, cero propiedades, mesías forever, falsas caretas de heroísmo, pantomima de elecciones, alianzas con potencias mundiales para "y que" acabar con el imperio norteamericano, hambre, represión y más hambre. El mismo elíxir; pero con envase diferente. Donde aquel decía Comunismo, éste dice: Socialismo del siglo XXI. Por ello, no sería de extrañar que el próximo paso del presidente sea declararse marxista leninista, respaldado por los "hermanos" de la Rusia de Stalin, tal como hizo su padre político en 1961, cuando convirtió a Cuba en el país más flaco y amordazado de América.
Lo peor es que ya hemos cancelado varias cuotas. Pagamos religiosamente cuando aceptamos que en las elecciones para la Asamblea Constituyente la oposición, con más del 40 % de los votos, obtuviera apenas el 5 % de los constituyentistas. Igual pagamos con aquel referendo esotérico donde aceptamos la derrota sin tener ningún papel en la mano donde ésta se reflejara. Cancelamos más cuotas de totalitarismo cuando, inertes, aceptamos el destroce de PDVSA y de las empresas básicas, la excluyente lista tascón, el marasmo en que cayó el juicio a los policías, los abusos de las televisoras del estado, la dilución de todos los poderes publicos en un individuo, el uso de nuestros dineros para sostener desde afuera a éste régimen.
Ahora, la "revolución" se prepara para "aceptar" la paliza que prevén las encuestas para noviembre, intentando convertir– inconstitucional geometría del poder mediante- a los gobernadores y alcaldes en Reinas de Carnaval. El neo-totalitarismo trata de repetir la figura histórica utilizada por Juan Vicente Gómez con su presidente títere Juan Bautista Pérez (1914-21), cuando el pueblo decía: el Presidente está en Miraflores; pero el que manda está en Maracay. O sea, ¿el gobernador estará en su oficina; pero "el que manda" en su cuartel esperando órdenes de Miraflores? ¿Estamos los venezolanos concientes de que en cualquier momento nos dirán que hemos cancelado todas las cuotas y nos convertiremos en la Cuba del sXXI?
MARABUNTA ESTRATÉGICA
El gobierno acaba con el país sin mirar para los lados. Se juntó el hambre con las ganas de comer. Es decir, la total incapacidad para gerenciar el país, con el profundo interés de minimizarlo. El interés de acabar con las petroleras, con los servicios, con la seguridad, con las viviendas, con los hospitales, con las empresas privadas, con la propiedad privada. El empeño en dividir el alma venezolana a punta de resentimiento. No se engañe, la idea es que ni usted ni yo seamos prósperos. Que no tengamos dónde trabajar, ni cómo alimentarnos y entonces, o nos vayamos del país o por el contrario aceptemos, moviendo la colita, colocarnos franelas rojas para trabajar, para conseguir cupos educativos, para comer. ¿Es que en la Cuba de hoy alguien puede sobrevivir sin la anuencia del gobierno?
Asistimos a unas elecciones donde la "revolución" usa "sus" emisoras – su dinero y el mío- para promocionar por horas en "avances informativos" que no engañan a nadie- a sus escualidísimos candidatos. O toman las instalaciones de Pequiven para sus campañas electorales y tratan inútilmente de justificar el abuso diciendo "estamos en revolución". Con el mayor desparpajo, el gobierno actúa ante nuestros derechos electorales como el policía abusador que nos pide la cédula y cuando le reclamamos que nos la devuelva, nos dice con una sonrisa sardónica: ¿qué cédula chico, si tú no me diste nada? Y el árbitro, bien gracias, le mandó saludos. Los deslenguados dicen que la oposición para ganar elecciones debe hacer como aquellos boxeadores que cuando iban a Japón, tenían que ganar por KO. Si es así, noquearemos en noviembre. Como decía el vencedor de Fidel Castro, Rómulo Betancourt, adelante, por arriba de las tumbas, adelante. Estamos obligados a vencer el 23 N y a defender el voto el 24 N.
EL MURO LIBERTARIO… DE VENEZUELA
En Berlín hubo un muro derrumbado gloriosamente por la democracia. En Venezuela, los demócratas hemos erigido un Muro Libertario, contra el totalitarismo. En lugar de piedras, está compuesto por millones de venezolanos entrelazados por la democracia. Ni Rusia, ni China, ni Cuba, pudieron oponer tamaño muro al comunismo, porque de la democracia no conocían sino la palabra. Los venezolanos hemos sido formados en democracia. He allí nuestra fortaleza. Para marabunta, Muro Libertario. Ni un paso atrás.
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