¿Será casualidad, o serán los astros? Lo cierto es que el 24 de noviembre fue pavoso para Castro, luego para Gallegos y por lo que dicen las encuestas, también amanecerá con una pavosa y pavorosa derrota para esta “revolución”. ¿Tendrán que ver en esta coincidencia los arcanos del destino? Aunque, después de las amenazas contra Adriana Azzi en
Los deslenguados dicen que vuelan, vuelan y no les falta razón. Repasemos otras coincidencias astrológicas: Cervantes y Shakespeare murieron en la misma fecha y en el mismo año, el 23 de abril de 1616. Rómulo Betancourt y Jorge Washington nacieron en la misma fecha, 22 de febrero. Nuestro actual Presidente y Fujimori, un 28 de julio… ¡zape! Tal vez por estas coincidencias y muchas más, tanto presidente cree en brujerías y ensalmes. En la segunda guerra mundial, Hitler tenía su equipo de astrólogos y Churchill… también. La diferencia estaba en que mientras los adivinos de Hitler lo aconsejaban, los de Churchill le chismeaban a éste lo que le decían los astros a su archi enemigo y eso lo ayudaba a acertar por donde iban los tiros contra los aliados. Pura estrategia. Por algo Churchill ha sido inigualable.
EL DÍA QUE A CASTRO “LO EMBARCARON”
Cipriano Castro, como todos los autócratas, terminó creyéndose su cuento. Que si “usted es más grande que Bolívar”… y no darle pena a tanto jalamecate. Que si “los grandes hombres se miden de la frente para arriba”… ante la escasa estatura de Don Cipriano. O la humillación de la primera dama doña Zoila al vicepresidente Gómez, “compadre, por allí tengo un gato para que me lo cape”. Mande Don Cipriano, mande. Tanta sumisión le hizo creerse el Mesías insustituible. Creyó que lo de “siempre invicto” era verdad y no pura jaladera. Se embarcó en el “Guadalupe” para curarse en Europa y las lágrimas de dolor de sus áulicos competían con el mar. Mejórese Don Cipriano, no se nos vaya a morir Presidente. Vaya tranquilo compadre – le decía muy zamarro Juan Vicente Gómez- que yo le cuido el coroto. Y hasta le asomaba una descarada lágrima en la mejilla. En su complejo de grandeza, Castro no imaginó que tanta lágrima fuera de cocodrilo. También era pasajero del barco el gran periodista Pedro María Morantes, quien bajo el seudónimo de Pio Gil, escribiría “Los Felicitadores”, una obra que refleja descarnadamente la jaladera de la época. Por cierto, ninguno de los dos regresó jamás a Venezuela. Don Cipriano fue “embarcado” el 24 de noviembre de 1908. Lo “embarcaron”, los mismos que lloraban su salida. Siempre es así.
LAS PANTUFLAS DE DON RÓMULO GALLEGOS
Cuando Miguel Otero Silva le preguntó en una entrevista al Presidente Rómulo Gallegos si había oído rumores de golpe de estado, el gran novelista, que andaba en pantuflas, le respondió que quien pensaba correr no estaba empantuflado. Pocos días después fue derrocado. Jamás creyó que el General Delgado Chalbaud, Ministro de
Y AHORA, EL 24 DE NOVIEMBRE DE 2008
Las encuestas indican que este 24 de noviembre de 2008, el gobierno amanecerá, en el mejor de “sus” casos, con varias gobernaciones y decenas de alcaldías menos. Si quieren preservar lo que va quedando de democracia, deben llamar a las nuevas autoridades y comenzar a gobernar en equipo como lo hacen todas las democracias del mundo (menos la cubana). Compartir el poder en las proporciones que lo haya decidido la soberanía popular. Una especie de “ballotage”, como se denomina en Francia cuando el Presidente es de un partido y el Primer ministro de otro. No se insultan, no se meten zancadillas. Gobiernan entre todos. El gobierno debe decidir el 24N. O “no le pasa un centavo” a los “gobernadores de la oligarquía”, o gobierna en democracia. Es simple, o democracia o Cuba. Respeto y soluciones de verdad, o imitación a Cuba: décadas de dictadura, elecciones fraudulentas, los disidentes de toda la vida en Miami y los de nuevo cuño en la cárcel. ¿Qué haremos? ¿Ballotage o… chao democracia? Y después no digan que el 24 N es pavoso… culpen al imperio o el colmo, a la mismísima Adriana Azzi.
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