Rafael Gallegos
Sí, soy puntofijista y a mucha honra - habrá que contestarle a
tanto depredador de la historia. El Pacto de Punto Fijo es hijo del 23 de
enero. De la unidad, de las ganas de hacer democracia, de unirnos contra el
militarismo, la corrupción y la represión; aspectos cuyo más cercano
representante, en ese momento, era el ex dictador Marcos Pérez Jiménez.
El Pacto de Punto Fijo fue el estabilizador de la
democracia por los siguientes cuarenta años. Su fundamento era: respeto a los
resultados electorales, gobierno de unidad nacional y programa mínimo de
gobierno. Al revés de lo que hoy sucede.
Ojalá este este régimen quisiera copiar el
espíritu de ese pacto. Pero claro, el espíritu de esta “revolución” se parece
más al de su némesis cubana, que sacó a la oposición para Miami y confiscó la propiedad
privada. Divide y reinarás, afirmó Fidel.
¿Y qué es eso de espíritu de Punto Fijo? Pues,
ponernos de acuerdo en los aspectos fundamentales del país. ¿Y para qué debemos
ponernos de acuerdo? Es muy simple, todos vivimos en Venezuela. Y
estadísticamente, pasaremos aquí el resto de nuestras vidas. O sea… tenemos que
compartir la patria.
Para evitar las golpizas de la Asamblea, los
insultos e irrespetos, las burlas, la ordinariez extrema. Para acabar con esta clasificación
en ciudadanos de primera y de segunda. Peor
que en la colonia, cuando estábamos divididos, como las metras, por colores.
A este paso, ¿cuál es nuestro futuro? No vaya muy
lejos. Observe el presente: incredulidad en las instituciones, fuertes sospechas de fraude electoral, producción industrial
y agropecuaria en picada, corrupción galopante, creciente violencia, odio entre
hermanos. Ventarrones generadores de huracanes.
BOLÍVAR,
PALADÍN DE LA UNIDAD
Al comienzo
de la lucha independentista, el pueblo era realista. Una de las razones por las
que capituló Miranda, fue que los pardos, mulatos y negros de Barlovento,
estaban llegando a Caracas para tomarla, ante el terror de sus pobladores.
Luego
Boves, cabalgó el resentimiento y reforzó la lucha entre españoles y pueblo de colores… contra mantuanos.
El gran logro del Libertador fue unificar a la
nación: pobres, ricos, blancos, negros, amarillos y azules: venezolanos… contra el Imperio Español.
EL
PACTO DE 1958
AD, Copei y URD firmaron el Pacto de Punto Fijo,
en la casa de Caldera de Sabana Grande, en 1958, antes de las elecciones
nacionales. Betancourt no quiso incorporar al PCV. No los consideraba
demócratas.
Tal vez tuvo razón y tal vez se equivocó. Lo
cierto es que a los pocos años los comunistas estuvieron en casi todos los
golpes, Barcelonazo, Carupanazo y Porteñazo, entre otros, y luego, aliados a Cuba y sus jefes soviéticos
en los inicios de la guerrilla, para acabar con la naciente democracia.
El Pacto de Punto Fijo unió al país tras el
proyecto democrático.
Se materializó con la coalición durante el gobierno de Betancourt. AD, URD,
Copei. Luego del retiro de URD, la denominaron “guanábana”. Al siguiente
período, el de Leoni, se conformó la
“Ancha Base”: AD, URD, y FND de Uslar Pietri.
Sin Punto Fijo, no hubiera sobrevivido la
democracia. Un régimen militarista como
el que nos gobierna, hubiera llegado antes.
El Pacto, sirvió de referencia internacional: el
Pacto de la Moncloa, y la Concertación chilena.
Sin el Pacto de Punto Fijo, la democracia hubiera
caído al primer intento.
La misma democracia exitosa de la fundación de Puerto
Ordaz y la CVG, de Guri, del crecimiento de la clase media en toda Venezuela,
de la explosión de escuelas y universidades, de la nacionalización del petróleo
y de las empresas básicas, de la implantación de la democracia como manera de
dirimir problemas entre los venezolanos.
Y como lado oscuro, la democracia del petroestado
generador de mesías, de la creciente marginalidad, del alejamiento paulatino de
los partidos políticos de las masas y de las élites de la política, del
crecimiento de la anti política que dio paso a esta “revolución”, que excluye en
el nombre de la inclusión. A esta polarización tan llena de resentimiento que
nos conduce al despeñadero.
Hay que revertir tamaño fracaso. Es imprescindible un pacto entre los demócratas de todas las tendencias, que estoy seguro, superamos con
creces el 90% del país.
Ante el dilema: “revolución” pro cubana, o
democracia próspera. No se trata de copiar Punto Fijo. Sino de reflexionarlo. Venezuela
nos exige desesperadamente a los demócratas, que seamos más exitosos que los
totalitarios.
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