Rafael Gallegos
I.- Gómez, un dictador de petróleo
PRELIMINARES
1.- En Venezuela, la explotación petrolera data del
siglo XIX, cuando se fundó Petrolia del Táchira, dos décadas después
del pozo Eureka en Pensilvania. Su producción promedio fue cercana a los 20
barriles diarios, surtiendo de keroseno a la región. Tuvo su sentido comercial,
aunque más histórico que comercial.
A mucha honra, fue nuestro primer intento de
explotación integrada del negocio
petrolero: el primer acercamiento a la formación de técnicos petroleros; la
primera cabria, rota y reparada en Venezuela; la primera refinería, una
“cafetera” para procesar kerosén. Pero las precarias reservas de la zona, no
ayudaron. En 1934, cerró sus puertas.
2.- Bajo la presidencia de Rojas Paúl, se entregó
en concesión el Lago Guanoco (asfalto) a la empresa norteamericana New York and
Bermúdez Company. La empresa incumplió sus pagos y propuestas. Veinte años
después, Cipriano Castro lo exigió infructuosamente y entró en conflicto con
esa empresa.
Éste reclamo, aunado a la humillación de los
banqueros cuando Castro, quien al
negarse estos a darle más préstamos, los apresó e hizo marchar por Caracas
engrillados, y vilipendiados y escupidos por el pueblo, para que “recordaran
donde habían guardado el entierro”, generó la Revolución Libertadora.
Ésta fue liderada por uno de los hombres más
ricos de la época y concuñado de Guzmán Blanco, Manuel Antonio Matos, quien
para su “revolución” logró financiamiento de la New York and Bermúdez Company.
Dicen que con el asfalto de Guanoco se
pavimentaron las primeras calles de New York. Esto refleja la importancia de hidrocarburos
en la época. Para Venezuela este capítulo es más político que petrolero.
Significó el dominio militar del gobierno central
y el comienzo del fin de los caudillos.
LAS
CONCESIONARIAS
1.-La
estrategia de dejar hacer. Rómulo Betancourt
llamó la “danza de las concesiones”
al otorgamiento, seguido de ventas a las empresas transnacionales, de amplios
territorios de Venezuela. Destacan la Valladares, la Trugeles, la Vigas y
otras. Enriquecieron a amigos y a personeros del gobierno.
Las primeras leyes petroleras cobraban muy poco a
las empresas. Apenas unos Bs 2 por hectárea y un 5 % de regalía.
El ministro de Fomento Gumersindo Torres, fue el
primero en hacer una ley coherente en 1920. Incluía tímidos avances como el
vencimiento de unas concesiones, que fueron modificadas en la Ley de 1922. El
dictador Gómez, ante los reclamos de los representantes de las transnacionales,
les expresó: “hagan ustedes las leyes,
porque son los que saben de eso”. Y Torres fue sacado del cargo.
El ministro Torres había observado que el
impuesto aduanal exonerado a las petroleras fue más alto que los impuestos
cobrados por los hidrocarburos, y concluyó que: hubiera sido más negocio para Venezuela exonerar los
impuestos y cobrar aduanas. Se estima que el porcentaje cobrado por la
nación a las petroleras hasta mediados de 1930 fue alrededor del 7%. Como
referencia cuando México nacionalizó su industria petrolera en 1938, ese
porcentaje era superior al 15 %.
Las empresas transnacionales en principio fueron
europeas (fundamentalmente Shell) y a partir de 1920, se incrementó la
participación de las norteamericanas (principalmente Standard de Rockefeller y
Gulf de los Mellon). Las razones de la esa participación se pueden ubicar en
algunos aspectos: el senado de Estados Unidos declaró en 1920 que había que
buscar petróleo en el extranjero porque sus reservas tendían a agotarse.
Comenzaba el fin del Aislacionismo norteamericano.
El flujo de capital petrolero norteamericano se
desvió desde México a Venezuela. La Revolución Mexicana ya no tenía los gestos
amistosos de Porfirio Díaz con los norteamericanos y además, las grandes expectativas petroleras de Venezuela,
atraían inversiones.
El capital norteamericano llegó tarde a
Venezuela; pero ello no impidió que a la vuelta de pocas décadas produjera más
del 65 % del petróleo de este país (50% Creole
y 15 % Mene Grande) dejando el restante 35 % a Shell. Las
transnacionales inicialmente no
quisieron refinar en Venezuela. Se dice que preveían una revuelta en el corto
plazo, o que Gómez no quería nada con obreros y los inevitables sindicatos. Lo
cierto fue que construyeron modernas refinerías en Aruba y Curazao.
La estrategia
de Venezuela en esta etapa fue de dar inmensas facilidades al capital
extranjero. No había conocimiento del negocio. El gobierno de Gómez en buena parte se mantenía por ser
“amigo”. Fue una dictadura petrolera.
Venezuela llegó a ser el primer exportador y tercer productor de petróleo en el mundo. En 1928,
los ingresos petroleros superaron a los demás en la conformación de los
ingresos fiscales.
A la muerte de Gómez, hubo giros estratégicos. Se
los contaremos en la siguiente entrega.
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