Rafael Gallegos
Pérez Alfonzo calificó como Desastre, la gestión de
CAP1. Hoy, observando cómo se deshilacha Venezuela, hubiera podido definir esta
“revolución”, como… Calamidad.
La verdad es que el Desastre de CAP1 era un paraíso,
al lado de esta Calamidad que hoy padecemos. Sin embargo, es válido comparar:
EL DESASTRE
El primer presupuesto de CAP1 triplicó al último de
Caldera1. El país se inundó dinero. Por nuestro poder adquisitivo, parecíamos suecos
u holandeses, cuando la realidad era que nuestra baja productividad, competía con
la de cualquier país africano. Nos automoteamos los Tabaratos.
La renta petrolera fue superior a nuestra capacidad
de gasto. Se aflojaron nuestros resortes productivos y sobre todo, los morales.
Pérez Alfonzo denominó a esta situación “Efecto Venezuela”: exceso de dinero que
nos haría equivalentes a un individuo que se ganara el premio gordo de la
lotería y comenzara a comer siete veces al día, hasta que se descompensara.
Venezuela, país descompensado. El Desastre.
Propuso limitar los ingresos bajando la producción de
petróleo, ya que éste, en el subsuelo, se revaluaría y no sería malgastado.
Le dijeron loco, agitador y quijote. Cual Casandra,
no le creyeron, hasta cuando sus fatales augurios, se cumplieron. A Pérez
Alfonzo le dieron la razón, cuando ya era tarde. Cuando la deuda externa llegó a
niveles inimaginables, en medio de un falso “pleno empleo” que duplicaba la nómina del Estado y, de una galopante corrupción.
Sin embargo, en descargo de la administración de
CAP1, hay que recordar que creó el plan de Becas Gran Mariscal de Ayacucho,
invirtió grandes cantidades en Guri y Sidor, nacionalizó las industrias del hierro y del petróleo, con
plena continuidad operativa, creó los Módulos de Apure. Ah! y todo ello en
democracia, de hecho AD perdió las elecciones.
Y de paso, no
entregó a Venezuela a ninguna nación extranjera.
LA CALAMIDAD
Hay un paralelismo
entre la época de CAP1 y esta Calamidad. Pero no se engañe, también hay
muchas diferencias.
La gran similitud es el Boom Petrolero. Durante
CAP1 fue nuestro primer gran boom. Estos quince años hemos vivido otro boom,
gigantesco y larguísimo, que deja en pañales al anterior.
La “revolución” ha dispuesto de un mil
cuatrocientos millones de millones de dólares. Y cual Sadim - Midas al revés-
los han transformado en este país enfermo que usted palpa todos los días.
Hundieron la
industria petrolera y las empresas de la
CVG, nacionalizadas por CAP. Ahogan a las universidades autónomas, como
contrapartida a aquel exitoso Plan de Ayacucho. Quiebran la agricultura y la
industria en general.
Como consecuencia, somos el hazmerreír del mundo
porque no tenemos papel higiénico… ¿esa es
la tan cacareada “revolución”? Qué vergüenza.
Records de escasez, devaluación, inflación, violencia,
improductividad. Dicen los deslenguados que Guinness no sale de Venezuela certificando
tanto record. Pura sima.
Ah!… y ni una obra
de infraestructura que identifique a esta “revolución”. Revise…
Y en cuanto al barniz democrático, ya nadie les cree. El régimen está desnudo.
¿A DÓNDE
VAMOS?
La ruta de La Habana.
Por eso el presidente de la Asamblea de Venezuela,
se entrevista con el de la Asamblea de Cuba, donde no hay ni un diputado de oposición. O sea… pura farsa.
Y luego con Fidel y su heredero. 54 años de
dictadura férrea – miles de fu-si-la-dos.
Para ellos, la emboscada en nuestra
Asamblea… ramos de rosas.
Y seguramente, habrán discutido los límites de la
escasez y de la represión. Porque cuando los comunistas matan, es “revolución”.
Pero lo hace Pinochet, y es crimen. Doble moral. Pero la historia… los juzgará.
Para Cuba nos
llevan… si es que esto sigue.
¿O usted, a lo bambi, cree que lo del “chip papa” maracucho
fue una equivocación? Júrelo… un globo de ensayo.
Y en esta falsa comedia de las equivocaciones, el último
capítulo, por ahora, son los aviones de la Gente del Petróleo.
Y quiero aclarar algo, los GDP no podemos comprar
aviones de guerra porque no tenemos dinero. No nos han pagado las prestaciones, ni los salarios caídos, ni siquiera
la caja de ahorros. De casualidad compramos comida. Sépanlo.
Sólo en Venezuela, habemos más de 15.000 y nos
persiguen y no nos dejan trabajar. Acepto debate.
Para comprar aviones de guerra, necesitaríamos
disponer por lo menos del desaparecido
Fondo de Jubilados de PDVSA. ¿Dónde están esos reales?
En lugar de chillar porque y que compramos 18
aviones, deberían resaltar que los técnicos que ellos desecharon, levantaron la
industria petrolera en Colombia. Claro, a los comunistas no les interesa la
calidad de gestión.
Por ello, esta calamidad, es inducida. Y su
reverso… no lo dude, la democracia.
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