Rafael Gallegos
Cómo se jacta esta “revolución” de tener pedigrí. Se dicen “y que” herederos de Bolívar y de Simón Rodríguez, ¿será mediante inyecciones de la savia del Samán de Güere? Se dicen herederos de Zamora; tal vez por la vía de los modus operandi, confirmados por las incontables veces que las turbas de ese señor incendiaron Barinas. Y más directamente se llaman herederos de Maisanta, a pesar de la abismal diferencia entre el último hombre a caballo y los primeros hombres en humer. Dime de que te jactas y te diré de qué adoleces.
Los venezolanos preferiríamos que fueran herederos de las ideas libertarias, democráticas y de la honestidad personal del Libertador. O de su genialidad, en lugar de la triste copia que van resultado del militarote Millan Astray, aquel franquista que dijo muera la inteligencia. Herederos parecen más bien de Fidel Castro, de quien dicen los deslenguados les compuso una canción denominada “Te pareces tanto a mí”, como reconocimiento a la ruta totalitaria de un país con las instituciones licuadas, con un Mesías forever, con la disidencia amenazada, perseguida o en la cárcel y con un Presidente que amenaza en cadena, con cerrar los medios de comunicación, como si fuera el dueño del país.
Por su ejecutoria tan llena de arrebatotes inconstitucionales, dan la impresión que su pedigrí sólo se puede probar de manera inequívoca con personajes tipo Juan Charrasqueado, aquel que si pierde… arrebata. La versión venezolana de este personaje es nada menos que el primo hermano Juan Chavezqueado. Y tengan la plena seguridad que el ADN sería irrevocable, como si fuera un santo sudario de esta “revolución”, marca ACME y todo.
Se trata de toda una constelación de primos “careteros” de la democracia en América y en el mundo. Les encanta un proceso electoral mientras con sus abusos y tramoyas figuren como los ganadores. No importa que sea con partido único, como en Cuba, donde sacan el 99 % a favor, o en los gracias a Dios extintos URSS y comunismos tras la cortina de hierro, donde se cayó el muro sin que jamás perdieran una elección. O el mismísimo primo Hitler, quien fue electorero mientras ganaba elecciones y ascendía en el parlamento, que quemó cuando le convino. Todos los primos creen que los pueblos son gafos y que no se asquean con tanta tramparencia.
En Venezuela cuando pierden elecciones, interviene el primo Juan Chavezqueado… y arrebata. Como a los caraqueños, víctimas de un gigantesco arrebatón. El 23 N el soberano, como si dijera juan barreteado, ordenó barrer a los alcaldes “revolucionarios” por ineptos. El gobierno “y que” entendió Juan Chavezqueado y procedió a usar como mampara al “pueblo” mediante la toma de las instalaciones de la Alcaldía Mayor, o montando un show para reclamar que el “fascista” Ledezma los deja sin misiones. Venezuela conoce la farsa, no engañan a nadie. A Ledezma le recortan el presupuesto para que no pueda gobernar y ¿dónde estás Guinness? le inventan una “y que” autoridad única (¿la usurpadora?) para anularlo, cuando todo el mundo sabe que la única autoridad única en Venezuela es el Mesías.
Curiosamente se está repitiendo la historia de Caracas, de cuando el pirata Amías Preston quiso arrebatar su ciudad a los caraqueños y encontró firme a una sola persona en la Puerta de Caracas: el señor Ledesma. El Pueblo, menso y asustado, había huido. Esperemos que ante este desaguisado, los caraqueños se parezcan más al pueblo de la Independencia y respalden a otro Ledezma que hoy le hace frente a los usurpadores. Porque pueblo menso… dictadura segura. Y es con Usted, querido lector.
¿EL ARREBATÓN COMO BANDERA?
Igual sucede con Capriles, no lo dejan trabajar, y con Pérez Vivas, a quien además amenazan con eliminarle el triunfo. Y a Rosales, inderrotable por la vía electoral, lo quieren meter preso. Su delito: estar invicto a pesar de la tramparencia electoral de la “revolución”. Acompañará en la cárcel a los comisarios y policías, víctimas también, ¿de quién más? de Juan Chavezqueado, arrebatando desde las enaguas de la Ley. También está preso Baduel. Y los que faltan. Seguirán copiándose de Cuba, el peor alumno del salón. Qué vergüenza.
Juan Charrasqueado el original nunca pudo anticipar los arrebatos, como las inhabilitaciones electorales a López y Mendoza, entre otros. Y mucho menos barnizarlos con tamaña legalidad. Charrasqueado nunca tuvo tantas instituciones a sus pies. Mientras más leguleyizan, más leguleyizadores son. No importa que nadie les crea. La nueva conjugación “revolucionaria”: yo leguleyizo, tú te asombras y ellos van presos.
Cómo se jacta esta “revolución” de tener pedigrí. Se dicen “y que” herederos de Bolívar y de Simón Rodríguez, ¿será mediante inyecciones de la savia del Samán de Güere? Se dicen herederos de Zamora; tal vez por la vía de los modus operandi, confirmados por las incontables veces que las turbas de ese señor incendiaron Barinas. Y más directamente se llaman herederos de Maisanta, a pesar de la abismal diferencia entre el último hombre a caballo y los primeros hombres en humer. Dime de que te jactas y te diré de qué adoleces.
Los venezolanos preferiríamos que fueran herederos de las ideas libertarias, democráticas y de la honestidad personal del Libertador. O de su genialidad, en lugar de la triste copia que van resultado del militarote Millan Astray, aquel franquista que dijo muera la inteligencia. Herederos parecen más bien de Fidel Castro, de quien dicen los deslenguados les compuso una canción denominada “Te pareces tanto a mí”, como reconocimiento a la ruta totalitaria de un país con las instituciones licuadas, con un Mesías forever, con la disidencia amenazada, perseguida o en la cárcel y con un Presidente que amenaza en cadena, con cerrar los medios de comunicación, como si fuera el dueño del país.
Por su ejecutoria tan llena de arrebatotes inconstitucionales, dan la impresión que su pedigrí sólo se puede probar de manera inequívoca con personajes tipo Juan Charrasqueado, aquel que si pierde… arrebata. La versión venezolana de este personaje es nada menos que el primo hermano Juan Chavezqueado. Y tengan la plena seguridad que el ADN sería irrevocable, como si fuera un santo sudario de esta “revolución”, marca ACME y todo.
Se trata de toda una constelación de primos “careteros” de la democracia en América y en el mundo. Les encanta un proceso electoral mientras con sus abusos y tramoyas figuren como los ganadores. No importa que sea con partido único, como en Cuba, donde sacan el 99 % a favor, o en los gracias a Dios extintos URSS y comunismos tras la cortina de hierro, donde se cayó el muro sin que jamás perdieran una elección. O el mismísimo primo Hitler, quien fue electorero mientras ganaba elecciones y ascendía en el parlamento, que quemó cuando le convino. Todos los primos creen que los pueblos son gafos y que no se asquean con tanta tramparencia.
En Venezuela cuando pierden elecciones, interviene el primo Juan Chavezqueado… y arrebata. Como a los caraqueños, víctimas de un gigantesco arrebatón. El 23 N el soberano, como si dijera juan barreteado, ordenó barrer a los alcaldes “revolucionarios” por ineptos. El gobierno “y que” entendió Juan Chavezqueado y procedió a usar como mampara al “pueblo” mediante la toma de las instalaciones de la Alcaldía Mayor, o montando un show para reclamar que el “fascista” Ledezma los deja sin misiones. Venezuela conoce la farsa, no engañan a nadie. A Ledezma le recortan el presupuesto para que no pueda gobernar y ¿dónde estás Guinness? le inventan una “y que” autoridad única (¿la usurpadora?) para anularlo, cuando todo el mundo sabe que la única autoridad única en Venezuela es el Mesías.
Curiosamente se está repitiendo la historia de Caracas, de cuando el pirata Amías Preston quiso arrebatar su ciudad a los caraqueños y encontró firme a una sola persona en la Puerta de Caracas: el señor Ledesma. El Pueblo, menso y asustado, había huido. Esperemos que ante este desaguisado, los caraqueños se parezcan más al pueblo de la Independencia y respalden a otro Ledezma que hoy le hace frente a los usurpadores. Porque pueblo menso… dictadura segura. Y es con Usted, querido lector.
¿EL ARREBATÓN COMO BANDERA?
Igual sucede con Capriles, no lo dejan trabajar, y con Pérez Vivas, a quien además amenazan con eliminarle el triunfo. Y a Rosales, inderrotable por la vía electoral, lo quieren meter preso. Su delito: estar invicto a pesar de la tramparencia electoral de la “revolución”. Acompañará en la cárcel a los comisarios y policías, víctimas también, ¿de quién más? de Juan Chavezqueado, arrebatando desde las enaguas de la Ley. También está preso Baduel. Y los que faltan. Seguirán copiándose de Cuba, el peor alumno del salón. Qué vergüenza.
Juan Charrasqueado el original nunca pudo anticipar los arrebatos, como las inhabilitaciones electorales a López y Mendoza, entre otros. Y mucho menos barnizarlos con tamaña legalidad. Charrasqueado nunca tuvo tantas instituciones a sus pies. Mientras más leguleyizan, más leguleyizadores son. No importa que nadie les crea. La nueva conjugación “revolucionaria”: yo leguleyizo, tú te asombras y ellos van presos.
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