Horacio Medina
"La idiotez es una enfermedad extraordinaria, no
es el enfermo el que sufre por ella, sino los demás."
Voltaire
Por tratarse de una carta y por las opiniones que emito y asumo de manera personal, en esta oportunidad he decido escribir en primera persona.
Quiero decirte Rafael que por mucho tiempo he recapacitado sobre la terrible decisión que asumió, Alí Rodríguez Araque, en funciones de Ministro de Energía y Petróleo, al haberte sacado del anonimato absoluto, de tu apacible oficina de ingeniero en Inelectra, para nombrarte como Presidente del Ente Nacional de Gas, en contra de todas las normas, solo para mostrar, por medio de tan lesivo acto, su agradecimiento profundo a Rafael Ramírez Coronado, a quien conocí, cuando ejercía con sapiencia, objetividad y honestidad la función de Comisario de la desaparecida Petróleos de Venezuela, S. A. (PDVSA). Después de allí, Rafael, trataron de imponerte como miembro de la nefasta Junta Directiva de PDVSA, encabezada por Gastón Parra Luzardo, en el 2002.
He pensado que, a partir de esa imposición, ciertamente comenzó, la destrucción de los principios y valores éticos que por años habían regido a PDVSA. Hacer un seguimiento de las arbitrariedades en la cuales incurrieron Hugo Chávez Frías y Alí Rodríguez Araque, claro está, para favorecerte en todo momento, como retribución inequívoca a tus servicios y a tu ilimitada adulancia, sería un trabajo extenso y asqueante. Convencido estoy que, en todos los cargos que has ocupado y los que hoy ocupas, incluyendo el del partido político en el cual militas, el principio de incompetencia de Peter ha sido violado, sin lugar a dudas.
Lo lamentable de todo, es que cuando finalmente salgas del poder, esperemos que acompañado de tus padrinos Hugo y Alí, dejarás una inmensa estela de abusos, corrupción, negligencia, mentiras, odios, desvergüenzas, nepotismo y vagabunderías que incluyen la destrucción de una empresa vital para Venezuela y con amplio reconocimiento mundial, antes de tu llegada. Muchas cosas se recuperarán, otras irremediablemente se perderán en el olvido.
Sin embargo, he querido dejarte, en esta comunicación, constancia personal que por siempre estaré pendiente de tus pasos, hasta que la justicia se encargue de cobrarte los daños, muchos de ellos irreversibles, para el país, para PDVSA y para los trabajadores injusta e ilegalmente despedidos de PDVSA, los Jubilados y todas sus familias.
Finalmente, Rafael, sé que no tienes la suficiente gallardía para renunciar, lo cual es propio de los engreídos sin fundamento para ello, como tú. Pero sabes, eso lo que deberías hacer, antes que la debacle total se apodere del país. Ahora los recursos excedentarios no están, la deuda es creciente y la producción es irrecuperable a corto plazo. Ya ni siquiera los sugerencias de Bernard Mommer te ayudarán, ni los consejos de Alí te harán parecer un hombre serio y tampoco las ordenes de Hugo te darán poder, el tiempo se agotó y, como te dije, hace un par de años, el futuro te alcanzó. Padeces de idiocia y eso es irreversible, lástima que todos tengamos que sufrirlo.
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