sábado, 18 de junio de 2016

El actual sistema eléctrico nacional: contaminante, corrompido y colapsado



Por: Henry Jimenez Guanipa 

thumbnailHenryJimenezGuanipaEn el contexto global, de acuerdo a los datos publicados por la Agencia Internacional de la Energía Renovable (IRENA), en 2015 la capacidad de generación de fuentes renovables se incrementó en 152.000 MW (152 GW), lo que significa un 8.3%, siendo la tasa de crecimiento anual más alta que se ha experimentado en este sector. Esto significa más de cuatro veces la capacidad instalada de generación que tiene Venezuela actualmente.

Este extraordinario desarrollo viene impulsado por una inversión sin precedentes de 286 mil millones de dólares, a un valor por MW cercano a los 1.9 millones de dólares, con lo cual se ha creado un mercado potente para el flujo de capitales, la generación de empleos y el cuidado del medio ambiente. De hecho IRENA reporta que más de 8 millones de personas se encuentran empleadas en la industria de las energías renovables en todo el mundo.

Desglosando, la energía eólica subió 63 GW (17%) impulsado por la disminución de los precios de las turbinas de hasta un 45% desde 2010. La generación solar se incrementó en 47 GW (26%), en gran medida por la caída de los precios de los módulos solares fotovoltaicos de hasta el 80%. Así mismo, la capacidad hidroeléctrica se elevó en 35 GW (3%), mientras que la bioenergía y la energía geotérmica se incrementaron en un 5% cada una, es decir, 5 GW y 1 GW respectivamente.

Estos datos dejan claro que la gran apuesta mundial es por las fuentes eólica y solar para la generación de electricidad.

Desde el punto de vista geográfico, el mayor crecimiento se ha producido en los países en desarrollo, destacándose: América Central y el Caribe a una tasa del 14,5% y Asia, donde el incremento representó el 58% de la nueva capacidad mundial de generación de energía renovable, con un crecimiento del 12,4%. En Europa y América del Norte fue de 24 GW (5,2%) y 20 GW (6,3%) respectivamente.

Al cierre de 2015, la generación hidroeléctrica, con una capacidad instalada de 1.209 GW, se mantiene como la principal generadora renovable, frente a una capacidad instalada de 432 GW y 227 GW de la eólica y solar respectivamente. Otras renovables como la bioenergía y la geotérmica ostentan ya 104 GW y 13 GW y la marina cerca de 500 MW.

Estas cifras demuestran que las energías renovables han ganado mucho terreno y son cada vez más económicas y viables.

En nuestro país, el proceso ha ido a la inversa. Entre 2006 y 2013 se duplicó la capacidad de generación termoeléctrica, que requiere para su funcionamiento la utilización de combustibles fósiles, pasando de 7.619 MW a 14.806 MW. Véase la gráfica siguiente elaborada por técnicos del Grupo Ricardo Zuloaga (GRZ).
capacidadinstalada
Para tener una idea de lo que significa esta ampliación en términos de inversión vs instalación de capacidad de generación medidos en MW, un estudio realizado por el GRZ identifica dos momentos históricos en el proceso de construcción del sistema eléctrico nacional:

1.El primero abarca 48 años, desde 1950 a 1998. En este período la inversión total pública y privada acumulada fue de 48.254 millones de dólares, para instalar 19.696 MW, con lo cual el monto estimado por MW fue cercano a los 2,45 millones de dólares.

2.El segundo se extiende 14 años, en tiempos de la “revolución bolivariana”, desde 1999 hasta 2014. Durante estos años, se destinaron al sector eléctrico un océano de dólares que superan los 94.000 millones para instalar 13.335 MW, con lo cual el costo promedio por MW es ligeramente superior a los 7,0 millones de dólares, triplicando el precio del MW de referencia para el primer período.
Si comparamos estas cantidades con lo invertido en energías renovables, de acuerdo al reporte de IRENA, en Venezuela se hubieran podido instalar más de 50.000 MW.

En la gráfica siguiente, el GRZ nos muestra el precio referencial internacional para proyectos de generación termoeléctrica e hidroeléctrica, frente a los costos en el país.
comparacion
El caso venezolano es sin duda único y obviamente el diferencial de precios no está, ni en el valor de los materiales, ni de los equipos, ni de la tecnología, ni de las cantidades destinadas a mejorar el medio ambiente, ni al pago a los trabajadores. Todos sabemos que esos miles de millones de dólares fueron sustraídos fruto de la corrupción, mediante sobornos, sobreprecios etc, y se encuentran depositados en paraísos fiscales o invertidos en bienes muebles e inmuebles para burlar su rastreo.

La tragedia no puede ser peor. Conocidos dirigentes de la mal llamada “revolución bolivariana”, asociados a empresarios sin moral, ni escrúpulos y muy probablemente a sectores de la banca nacional e internacional, no solo se apropiaron del dinero del pueblo venezolano, sino que además destruyeron el SEN, con lo cual han condenado a la casi totalidad del pueblo venezolano a vivir en penumbras y a padecer de la privación de un derecho humano fundamental que afecta de manera directa la realización de otros, pero en particular el derecho a una vida digna.

Cada día que transcurre, muy a pesar de la poca información que existe sobre las gigantescas cantidades de dinero invertidas en el sector eléctrico, nos acercamos a la verdad de lo que allí ha acontecido. Cuando sea posible investigar, analizar, cuantificar y auditar esa caja negra, el país quedará estupefacto y sin aliento frente a lo que tendrá que considerarse como una de las mayores estafas jamás conocidas.

Por ello hacemos votos en favor de quienes desde la Asamblea Nacional y fuera de ella, promueven un instrumento legal que abra el camino a la recuperación del dinero robado a los venezolanos y llevar a la justicia a los responsables.

Nuestra propuesta se centra en la necesidad de establecer un Alto Tribunal o instancia Anticorrupción con amplias competencias y recursos humanos y tecnológicos para sanear el futuro de Venezuela. Les propongo una campaña para este fin.

La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera. (Horacio)

Nota final. Venezuela no es miembro de IRENA. En Latinoamérica y el Caribe solo son miembros: Antigua y Barbuda, Argentina, Colombia, Cuba, República Dominicana, Ecuador, Grenada, Guyana, Trinidad y Tobago, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Perú, y Uruguay. En proceso de incorporación se encuentran: Chile, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Paraguay.

miércoles, 8 de junio de 2016

Discurso a los graduandos IESA (03-06-16)



  Por: Jose Maria de Viana

Señores compañeros del presídium; Distinguidos invitados especiales; Señores profesores; Señores graduandos y sus familiares; Señoras y señores; Amigos todos

Tenía yo apenas 17 años, cuando recibí mi primera lección en el IESA. No piensen que era un niño prodigio. Mi profesor de Mecánica Racional -que así es como los ingenieros llamamos a la Física del Movimiento-, era también presidente del IESA.
Aquella clase de recuperación fue el mejor pretexto para preguntar a mi profesor acerca de la intriga que me había provocado saber que él era Presidente de una Escuela de Negocios.
Ese día me enseñó tres cosas que no entendí entonces, pero que el paso de los años me permitió comprender…

La primera, una sorpresa escandalosa: Venezuela es un país pobre porque la riqueza de los pueblos depende de lo que producen con sus ideas y sus manos y no de los recursos naturales que tienen bajo sus pies.

La segunda, la riqueza de un país se fabrica todos los días en sus empresas; y no de forma casual, sino como resultado de una actividad desarrollada de manera científica, para producir bienes y servicios. La riqueza no se hereda y si no se ha producido, no puede repartirse.

Y la tercera, para que Venezuela sea un país próspero, para que se acabe la pobreza, miles de empresas deben conducirse con excelencia; y la excelencia no se improvisa, sino que requiere muchos profesionales trabajando en equipo, con conocimiento y pasión para producir riqueza.
“Esa es la Misión del IESA y por eso yo estoy aquí”, me dijo el Presidente.
Era el Dr. Santiago Vera Izquierdo, venezolano de excepción. Sus palabras tenían enorme autoridad en labios del que había sido el primer Ministro del Petróleo de Venezuela en el año 1951, en una época cuando sólo los más competentes llegaban a ser ministros.
En los años 70, cuando recibí mi primera clase en el IESA, Venezuela estaba entre los 20 países más ricos del mundo; disfrutaba ya de 50 años de crecimiento continuo y su ingreso per cápita era mayor que el de España, Grecia o Israel para la misma época.

Para entender el alcance de las enseñanzas de mi profesor, fue menester vivir la experiencia singular de presidir dos empresas formidables de servicio público. Hidrocapital y Movilnet producían y distribuían calidad de vida y progreso económico a través de las tuberías de agua o de los servicios de telecomunicación a millones de venezolanos.

En esas empresas descubrí que la excelencia no es resultado del azar, sino la consecuencia de un acertado liderazgo. Más todavía, que la gerencia de empresas es una disciplina científica; y que el significado más profundo de la sinergia es el poder infinito de un equipo humano que, con pasión y talento, trasforma la realidad introduciendo competencia, tecnología e innovación de forma continua.

Pero no me extiendo hablándoles de aquella Venezuela; ésa ya no existe, fue destruida.
En cambio, sí quiero compartir con ustedes lo que aprendí en los últimos nueve años, desde que Movilnet pasó a ser administrada por el Gobierno Nacional y entró a formar parte de la miríada de empresas descapitalizadas económica y técnicamente.

Hoy ya sabemos –lo hemos aprendido todos y dolorosamente- que Venezuela es un país pobre, muy pobre. Aprendimos también que hasta las empresas excelentes pueden ser irremediablemente destruidas cuando están en manos de administradores incompetentes.

Hemos comprendido también que, después de una extraordinaria bonanza de ingresos petroleros, los recursos mal utilizados producen miseria, dolor y desesperanza.

La destrucción de nuestras capacidades productivas por el cierre de empresas, por la destrucción del tejido empresarial y por la pérdida de talentos y capitales es una herida que requerirá mucho tiempo y esfuerzo para cicatrizar.

Se acerca el tiempo de la refundación de la República Civil.

Estimados graduandos les toca a ustedes la formidable tarea de iniciar la construcción de un país próspero, justo, incluyente y moderno, una oportunidad maravillosa para ejercer su competencia y talento con pasión por esta nación y toda su gente.

Va a ser necesario haber entendido cómo se produjo la destrucción institucional de las empresas del país para no repetir los mismos errores. Por eso no quiero perder la ocasión y me gustaría cosechar con ustedes, algunas lecciones aprendidas:

1. La ideología puede destruir el tejido productivo de un país. Las mejores prácticas de gestión empresarial no tienen color ideológico. La Gerencia Moderna es profundamente pragmática, se mide con indicadores objetivos y no con buenas intenciones.
La mejores prácticas de las organizaciones exitosas de China, Vietnam, Singapur o Chile son similares.
Pero en Venezuela la ideología fue el pretexto para colonizar con fanatismo e incompetencia empresas de alta complejidad y tradición de excelencia.
Ustedes han sido formados en la pasión por el conocimiento y la investigación, por la búsqueda del logro de objetivos y su medición, ustedes harán posible que el país pase de las promesas insatisfechas a los resultados.

2. La colonización ideológica de las empresas de servicio tuvo como objetivo el control y la sumisión obediente de las mismas. En consecuencia, todos los órganos de gobierno corporativo, Junta Directiva, Contraloría Interna. Sistemas de Información Empresarial, fueron desmantelados.
El preciso entender que la corrupción no es, como se cree generalmente, consecuencia de la escasa virtud de algunos sino de la carencia de órganos de gobierno  corporativo en las empresas.
Desarrollen y fortalezcan estructuras de gobierno corporativo: que la trasparencia, la rendición de cuentas y los mecanismos de control y supervisión administrativos sean parte de nuestra cultura gerencial.

3. El país ha sufrido el aislamiento del resto del mundo. Mientras en Venezuela se desarrollaba el proceso de destrucción de su tejido productivo y de los servicios públicos, en el resto del mundo se ha implantado la cuarta revolución industrial, con saltos de productividad impulsados por la tecnología, el trabajo en redes y la incorporación de la informática, la microelectrónica y las tele comunicaciones en todas las áreas de la producción.

La Venezuela que habrá que construir en los próximos años será totalmente distinta a la que extraviamos en los años 90, porque la tecnología, la economía y la política de todas las naciones en el contexto global evolucionó mientras nosotros retrocedimos.

Una tarea para ustedes; construir puentes y ventanas con las empresas y países más exitosos del mundo, traducir las buenas prácticas en nuestro medio para competir en excelencia con los campeones del mundo.

Si estas lecciones no han caído en tierra estéril, hoy mejor que nunca, podremos comprender la urgencia del Dr. Vera Izquierdo cuando expresaba la necesidad de formar a miles de profesionales, en la ciencia y el arte de construir y dirigir empresas.
Felicitaciones a ustedes que son parte de esa generación que estamos seguros asumirá la dirección de miles de empresas creadoras de valor con pasión y excelencia.
Sólo así será posible que los venezolanos conozcan la riqueza de un país que se construyó con el ta-lento y el esfuerzo  de sus hijos y no con los recursos debajo de nuestro suelo.
Y esa es la Misión del IESA que tan claramente dibujó Santiago Vera Izquierdo hace cinco décadas.

Son ustedes hoy razón de esperanza, afortunados por el reto que les corresponde, tendrán el apoyo de todo el país: ustedes serán los constructores de una nueva y mejor Venezuela para todos.

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