miércoles, 3 de abril de 2019

Recuperar Tacoa puede salvar a la Gran Caracas de otro mega apagón


Ahiana Figueroa | @ahianaf
Con los recursos técnicos y financieros adecuados la central termoeléctrica de Tacoa podría recuperarse en un lapso de tres meses. Su capacidad de generación de entre 1.200 y 1.300 megavatios podría atender la demanda energética de Vargas, la Gran Caracas y zonas de Miranda y Aragua

La actual crisis eléctrica que mantiene sumida a Venezuela en una serie de apagones que suelen durar días, es producto de la falta de inversión y mantenimiento de la Central Hidroeléctrica del Guri que abastece de energía a 80% del país. Pero también de la inoperatividad de otras centrales termoeléctricas como la Ricardo Zuloaga o mejor conocida como Tacoa, ubicada en el estado Vargas.
Muchos venezolanos recuerdan la tragedia de Tacoa ocurrida en 1983 que dejó 160 fallecidos y una planta a medias en su capacidad de generar energía, pero la misma se fue recuperando hasta que a partir de 1999 no se prestó mas atención a sus planes de mantenimiento y equipamiento.
Ahora recuperar Tacoa requiere de un buen plan de inversión que necesariamente vendrá de préstamos internacionales y de organismos multilaterales. Al contar con los recursos necesarios y el trabajo de personal capacitado, podría atender la demanda energética no solo de la Gran Caracas, sino también de Vargas y algunas zonas de Miranda y Aragua.
“Tacoa era la planta base para alimentar a la Gran Caracas, con el tiempo, esta fue dejando de operar sus maquinas por falta de mantenimiento, hoy en día esta inoperativa. Su recuperación no es de un día para otro, ya que son máquinas grandes y requieren de un mantenimiento total que dura tiempo, lógico todo va a depender del daño que tenga la máquina pero en el mejor de los casos, su recuperación puede iniciarse en un plazo de tres meses“, afirmó el ingeniero petrolero Nelson Hernández.
Tacoa tiene una capacidad de generación de entre 1.200 a 1.350 megavatios. Contaba con seis unidades primarias con una capacidad de unos 300 MW entre todas y otras tres de capacidad nominal de 470 MW cada una, las cuales generaban entre 400 y 440 megavatios después de su repotenciación tras el incendio ocurrido en 1983.
Esta central tenía una disponibilidad anual de 90% cada una y equivalía al 70% de la demanda que tenía Caracas en 1998. Estas tres unidades de 470 MW funcionaban tanto con gas como combustible fuel oil número 6 (combustible pesado de los menos costosos), el cual se almacenaba en sus respectivos tanques que llegaban desde tanqueros provenientes del Centro Refinador Paraguaná, Cardón y Amuay a su puerto (Complejo Arrecife Tacoa).
“La generación de estas unidades más las de Arrecife, la Planta Oscar Augusto Machado en Los Teques, las de Central El Convento en El Marqués permitían a la región capital y a la empresa Electricidad de Caracas (anterior dueña de Tacoa) una autosuficiencia de generación con respecto a su consumo. Operaba hasta 1998 con generación térmica en la capital para sustituirla por generación hidroeléctrica en función de la disponibilidad que hubiera en Guri. Este nivel de intercambio iba de cero megavatios hasta 660 megavatios de acuerdo a la disponibilidad y para bajar el uso de combustible líquido. Este era el formato de generación para la región capital”, recuerda el ingeniero electricista Miguel Lara Guarenas.
La capacidad de Tacoa representa una importancia relevante al observarse que el país ha perdido generación eléctrica, al pasar de 18.693 MW en 2013 a 8.600 MW en 2019, según datos de José Aguilar, ingeniero y consultor. “Esto significa una caída de 54%, el país presenta una generación eléctrica equivalente a la del año 1991%.
La interconexión con el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) le permitía la mayoría de las veces no solo a importar generación, sino también en algunas oportunidades exportar generación desde Caracas hacia el resto del SEN, especialmente en épocas de sequía para así disminuir la producción de energía hidroeléctrica y preservar el Embalse del Guri.
“La capacidad de Tacoa es de 1.200 MW aproximadamente, a esto se le han agregado otras plantas de generación y como respaldo hay una conexión con el SEN para tomar electricidad de Guri como complemento a la demanda de la Gran Caracas. El estado actual es que no hay generación disponible para cumplir con la demanda por lo tanto hay que recurrir al Guri. Hoy Caracas recibe de Guri unos 800 MW, si esto falla como ha ocurrido últimamente, la capital se ve sometida a un racionamiento“, apuntó Hernández.

Su recuperación

El abandono del mantenimiento y a la desprofesionalización en el sector llevó a que hoy en día esas unidades instaladas en Tacoa estén prácticamente paralizadas, reiteró Lara Guarenas. Explicó que ocasionalmente se ha logrado sincronizar una que otra unidad,pero que no llegan a generar unos 220 MW.
A su juicio, recuperar Tacoa no seria tan cuesta arriba pero observa poco interés en rescatar esas unidades y ponerlas a funcionar.
“Es posible hacerlo en un corto tiempo, es mas barato que hacer otra cosa. Pudiera ser un punto fuerte para estabilizar el suministro eléctrico en la región capital. Esas unidades es posible reactivarlas, pero tienen sus tiempos, sus inversiones y sus recursos”
A su juicio, un equipo gerencial nuevo debe abocarse en una primera instancia a la recuperación de las centrales junto con las otras plantas que funcionan y algunas que se han instalado, “porque no todas de las que se han comprado son malas, hay unas que son inconvenientes como las que adquirió Derwick, pero hay otras de ciclo combinado que se pueden terminar ya que con un mismo combustible se puede producir mas energía y ponerlas a funcionar. Eso daría un total equilibrio a la capital“.
Hernández propone que en una primera etapa se pueden reactivar de manera mucho mas rápida y obtener electricidad de las dos gabarras instaladas al lado de Tacoa en el año 2015.
“Estas gabarras que hoy en día están inoperativas, operan a gas pero pueden consumir diésel, ambos escasos hoy en día. Otro problema que tienen estas gabarras es que no tienen equipo de desmineralización del agua de enfriamiento, por lo tanto no pueden operar mucho tiempo, de hecho desde que las instalaron han trabajado poco, pero es una opción”, sostuvo Hernández
Una propuesta del Grupo Ricardo Zuloaga contenida en el documento Acciones para la recuperación y modernización del servicio eléctrico en Venezuela, destaca que el objetivo de las acciones para recuperar el SEN debe apuntar a que, ante un repunte rápido e importante de la demanda de electricidad esperable a partir del momento en que ocurra un cambio político, es disponer a la brevedad posible, de un sistema eléctrico que esté en capacidad de soportar un crecimiento de la demanda y del consumo de electricidad de hasta un 10% promedio interanual, por un período de cinco años consecutivos.
“Esa potencial tasa de crecimiento significaría que la demanda máxima actual de alrededor de 13.600 MW, pasaría a ser de 22.000 MW en el 2023 y que el consumo anual de energía eléctrica, pasaría de los 100.000 GWh/año, estimados para el 2018 a 160.000 GWh/año en el 2023”, se indica en el documento
En este plan acotan la necesidad de asistencia financiera externa, ya que estiman unos 15.000 millones de dólares para la recuperacion del SEN, para que que el sector en cinco años pueda alcanzar su autonomía económica y financiera. Solo en el primer año se requieren de $2.000 millones, señaló el ingeniero José Aguilar, principalmente para la compra de equipos.
Sostiene la necesidad de abordar una planificación estricta en el uso de los recursos, con desembolsos a medida que avancen los proyectos. Considera que antes que Tacoa, otras centrales requieren de atención inmediata.
“La Planta Tacoa es perfectamente recuperable y los montos están incluidos dentro del plan de 15.000 millones de dólares para el área de generación. En cuánto al orden en que se deben hacer las cosas hay plantas con más alta prioridad para Venezuela. Las decisiones no se hacen con carácter de regionalismos, ni manipulaciones políticas, las prioridades se establecen por criterios técnico científicos de la operación de un sistema interconectado y criterios económicos que llenen las expectativas de los que nos tienen que prestar el dinero para el proyecto”, apuntó Aguilar.

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