Por José Aguilar
Dos tercios de las unidades mayores tanto térmicas como
hidroeléctricas presentan serias limitaciones, haciendo de nuestra
generación un verdadero dispensario de guerra
Dos tercios de las unidades mayores tanto térmicas como hidroeléctricas presentan serias limitaciones, haciendo de nuestra generación un verdadero dispensario de guerra y mientras las tropas en las trincheras llevan palos por escasez de gerencia, repuestos e implementos, “el generalato” hablará de fábulas “en logros”, combinándolas con burdas excusas para lavarse la cara de su total responsabilidad, que no tiene parangón en mediocridad y corrupción, pues jamás ningún país en el mundo ha asignado tanto real para tener a un pueblo con tan poca luz.
No saldremos del agudo barranco cortesía del régimen fallido, marioneta de La Habana sin luz abundante y robusta. No hay suficiente energía en el sacrificado sector residencial para “pasársela” a la industria y el comercio, de modo que estos se puedan reactivar y producir lo que antes hacíamos aquí y que ahora importamos.
El bravo pueblo reacciona en la calle con la guerrilla del siglo XXI, la guarimba. Ella nos recuerda que el poder está y es del pueblo, que si se puede vencer la tiranía, que con los valores no se transa, que Venezuela es decente y ya no es terreno para el guabineo.
Que tragedia nuestros muertos, que su sacrificio asumido no sea en vano y nos inspire y juntos evitemos los más de 157 mil muertos que acumularíamos al 2019 por la cínica plaga comunista.
¡No desmayemos. Manos a la obra que si se puede!
No hay comentarios:
Publicar un comentario