lunes, 3 de noviembre de 2025

La Arritmia de la Producción Petrolera Venezolana

Por: Nelson Hernández

En Venezuela, la producción de petróleo ha pasado por altos y bajos muy marcados. No ha sido posible el mantener una producción cuasi estable en el periodo 1965 – 2024. Pasando por la máxima producción histórica de 1970 con 3754 kBD (miles de barriles diarios) hasta niveles muy bajos de 665 kBD en el 2021, muy similar a la ocurrida en 1941 de 621 kBD. Matemáticamente esa declinación de la producción, equivale a una disminución cada año de 56 kBD en el periodo 1970 – 2024.

La grafica a continuación refleja esa historia, donde la producción está representada por la linea azul y cuyos valores se leen en el eje Y de la derecha; y las variaciones en periodos de 10 años se muestra en columnas de color verde y se leen en el eje Y de la izquierda.

 


(Ver Grafico Mas Grande)

Entre 1970 – 1985 la producción muestra una marcada declinación. Pasando de 3754 kBD a 1744 KBD. Es decir, una disminución de 2010 kBD. Tal disminución está recogida en las variaciones anuales para las décadas 65 - 75 y 76 – 85, de 108 y 68 kBD, respectivamente.

La década 1986 – 2005, se caracteriza por un crecimiento sostenido con promedios anuales de 121 kBD para la primera década y 34 kBD para la segunda.

Las dos últimas décadas, muestran una desaceleración de la producción. Para la primera década la declinación es de 44 kBD promedio anual, y en la segunda el declive es pronunciado con valores promedios de 212 kBD.

La imagen a continuación resume las razones principales asociadas a las variaciones de producción



A partir de los registros históricos de variación productiva por década, se observa que los incrementos sostenidos en la producción petrolera venezolana han estado acotados por un límite técnico y estructural de expansión anual.

En ningún período histórico se registra una tasa de aumento de potencial superior a 125 mil barriles diarios (kBD) por año, incluso en fases de máxima inversión y estabilidad geopolítica. Considerando este techo operativo, y suponiendo condiciones óptimas no replicadas en el entorno actual, el crecimiento proyectado durante una década completa no podría superar los 1250 kBD sin incurrir en supuestos técnicamente irreales.

La grafica a continuación presenta un conjunto de escenarios con base a la estadística histórica de producción, teniendo como producción base 900 kBD para finales de 2025.

Un escenario conservador con una expansión o incremento de producción de 50 kBD; con el escenario realista (100 kBD), óptimo histórico (150 kBD) y el extrapolado (300 kBD).

 

 

 



Por ende, propuestas que sugieren alcanzar niveles de producción de 3000 kBD en un horizonte de 10 años deben evaluarse bajo criterios de factibilidad técnica, capacidad de inversión acumulada, disponibilidad de reservas explotables, y tasa de recuperación física del parque operativo.

En este sentido, cualquier escenario de crecimiento debe construirse sobre la base de una tasa de recuperación plausible, alineada con las capacidades físicas del sistema, el entorno macroeconómico, el acceso a tecnología y capital, y la evolución geopolítica.

Las proyecciones desproporcionadas no solo comprometen la credibilidad del análisis energético, sino que también distorsionan la planificación estratégica del país frente a su transición energética.

En conclusión, del análisis estadístico tenemos:

  • Dos décadas iniciales negativas (65‑85): Venezuela no logra despegar pese al boom petrolero global, en parte por restricciones de mercado y transición institucional.
  • Dos décadas positivas (86‑05): la apertura y la inversión extranjera permiten un ciclo de expansión y el 2do. pico histórico.
  • Últimas dos décadas negativas (06‑24): declive estructural, primero lento y luego colapso acelerado.

La historia no es lineal, sino cíclica: dos décadas de frustración, dos de auge, una de estancamiento y una de colapso.

Esta arritmia de la producción permite inferir que el modelo estatal y rentista se agoto, por lo cual debe dársele paso a un modelo distinto, con la participación privada en todas las fases de la industria petrolera: Un modelo similar al concesionario, ya aplicado en el país desde 1914 hasta 1975.

El modelo concesionario abre la ventana para un incremento en la producción petrolera, y cuyo nivel o limite, es aquel que establezcan los privados en función de las inversiones a realizar dentro de un marco ganar – ganar para el país y el inversionista. 


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