martes, 3 de octubre de 2023

La Escasez de Gasolina y Diesel, el Drama Cotidiano del Venezolano

 Por: Nelson Hernández

  • Para el 2022, estuvo operativo el 14 % de la capacidad del parque refinador del país, y para el presente año la tendencia es de un porcentaje similar. Esto obliga a la población a emplear tiempo y dinero para la consecución de combustibles claves para el normal desenvolvimiento de sus actividades.

El petróleo no se puede consumir si no es sometido a un proceso de refinación, el cual mediante procesos físicos y químicos se obtienen  sus derivados, gasolina y diesel, en las instalaciones denominadas refinerías.

Para el 2022, la capacidad mundial de refinación se situó en 102 MBD (millones de barriles diarios) y Venezuela ocupa el puesto 15, con una capacidad de 1.3 MBD, (1.27 % del total mundial)

Sin embargo, con esa capacidad instalada de refinación y con ingentes reservas de petróleo, Venezuela no puede satisfacer la demanda del mercado interno de gasolina y diesel. Esta insatisfacción está asociada a dos razones principales: un bajo suministro en volumen y calidad de crudo   para alimentarlas ( caída de la producción ) y la operatividad deteriorada del parque refinador. Es decir, cuando hay suministro de crudo,… las refinerías no están operativas y viceversa.

Esta situación de crisis estructural de los derivados de hidrocarburos ha repercutido negativamente en los hábitos de la población al tener que dedicar tiempo y dinero en la búsqueda de los combustibles líquidos (gasolina, diesel y GLP) primordiales para efectuar sus actividades cotidianas.



La gráfica anterior muestra la capacidad de refinación y la operatividad del parque refinador venezolano en los últimos 43 años. El area de color amarillo corresponde a la capacidad de refinacion utilizada.

Históricamente, el volumen máximo que se ha refinado en Venezuela, ocurrió en el año 1991 con 1126 kBD (93.8 %) del total de la capacidad que se situó en 1200   kBD. La producción máxima de gasolina ocurrió en el año 1992 con 337 kBD (millas de barriles diarios) y la de diesel en 1991 con 295 kBD.

En el año 2000 se procesaron 1080 kBD, equivalente al 84,7 % del total de la capacidad instalada que se situó en 1274 kBD. Para el año 2007, la capacidad de refinación se situó en 1303 kBD, y se ha mantenido hasta el presente.

A partir del año 2000, la utilización de la capacidad de refinación comienza a caer y no ha parado hasta el día de hoy, producto de la falta de mantenimiento en el parque refinador. El porcentaje de utilización de la capacidad para el 2022 se situó en el 14 %.

Esta situación se agravo como consecuencia del accidente en la refinería de Amuay ocurrido el 24 de agosto de 2012, y hasta la fecha no se ha regresado a la operatividad que tenía esta refinería antes del accidente. En el año 2013, se intensifica la debacle de la operatividad del parque refinador venezolano hasta el año 2020 cuando se utiliza el 9.5 % de la capacidad de refinación (124 kBD). A partir de ese año, se inicia un repunte de la utilización, situándose en el 14 % en el 2022.

El balance de gasolina indica que a partir del año 2010, Venezuela inicia la importación de gasolina como consecuencia del deterioro del parque refinador quien no produce los requerimientos del mercado interno. La máxima demanda histórica de gasolina fue en el año 2009 con 300 kBD. Esta demanda ha venido decreciendo producto de la crisis económica - financiera por la que atraviesa el país, y la demanda actual se estima en 80 kBD. Ya no hay importación debido a que Venezuela perdió el crédito internacional, y se le hace difícil el trueque de crudo por gasolina, motivado a la baja producción de petróleo ya las limitaciones de intercambio por efecto de las sanciones. La situación del diésel es muy similar a la de la gasolina.

En resumen, la infraestructura de refinación en Venezuela está deteriorada. Con una capacidad nominal de 1.3 MBD de procesamiento, y solo esta operativa un 14 % de dicha capacidad. Lógicamente, habría que recuperar esa capacidad, al menos para suplir las necesidades del mercado interno y acabar con el calvario de la población venezolana en busca de combustibles claves e imprescindibles para el normal funcionamiento de las actividades cotidianas a nivel personal, empresarial y comercial.

En tal sentido, a la brevedad, es necesario someter a todas las refinerías a un programa de “revamping” (renovación, modernización) de toda su infraestructura o en el menor caso a un mantenimiento mayor.

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