sábado, 29 de junio de 2024

Venezuela. Seguridad Energética 2023

 

Por: Nelson Hernández

  • Mejorar el índice de seguridad energética requiere enfatizar en la diversificación de la producción de energía y su consumo.

 

La AIE (Agencia Internacional de la Energía) define la seguridad energética como "la disponibilidad ininterrumpida de fuentes de energía a un precio asequible". La seguridad energética tiene muchas dimensiones: la seguridad energética a largo plazo se ocupa principalmente de inversiones oportunas para suministrar energía de acuerdo con la evolución económica y las necesidades ambientales sostenibles. La seguridad energética a corto plazo se centra en la capacidad del sistema energético para reaccionar rápidamente a cambios repentinos dentro del equilibrio entre la oferta y la demanda. Por lo tanto, la falta de seguridad energética está ligada a los impactos económicos y sociales negativos de la indisponibilidad física de la energía o de precios que no son competitivos o son demasiado volátiles.

 

La mayor utilidad de los números índices se obtiene cuando se utilizan para resumir en una sola serie las fluctuaciones no de una sola variable, sino de un conjunto de variables

relacionadas entre sí. Surgen así los denominados “números índices complejos” o “índices sintéticos” (Ver: Seguridad Energética. Metodología de Calculo)

 

La grafica a continuación, muestra la evolución de la seguridad energética del país en los últimos 26 años, corroborando la crisis energética por la que atraviesa el país como es la deficiencia en el servicio eléctrico y la falta de los combustibles líquidos.

 



 En el periodo de análisis, el país no ha tenido una seguridad energética alta, con excepción del año 2008. A partir de esa fecha, el índice declina como resultado del deterioro de la infraestructura de la industria energética y de mala praxis en la gerencia de esta.

 

El índice más bajo ocurrió en el 2020 (efecto de la pandemia) con 728, ubicándose en la franja de seguridad baja. A partir de ese año, el índice muestra una mejoría en su conjunto, mas no así en todos los factores que lo integran. Es decir, la mejoría aun no es trasladable en su totalidad a los usuarios energéticos. Dentro de los factores que han mejorado  están: El PIB, mayor volumen de producción de energía y de productos refinados para una menor población.

 



 

La grafica anterior muestra para el año 2023, la participación por áreas[1] o sectores que agrupan las variables macroeconómicas empleadas para la determinación del índice.

 

La participación ideal es aquella en la cual cada área participa con un 33 %. Es decir, está en perfecto equilibrio, lo cual no es fácil de lograr, pero hay que intentarlo. Para el 2023, la gerencia participo con un 15 %; la infraestructura con 39 % y ambiente con 46 %. Como vemos, hay que hacer énfasis en la diversificación de la producción de energía y su consumo para mejorar el índice de seguridad energética.

 

Por otra parte, también se muestra la comparación  de las áreas del índice 2023, con respecto al mejor valor de la serie estadística del periodo analizado (25 años). El resultado es: el área gerencial esta a 75 % del mejor valor, 96 % en el de infraestructura y 79 % en el área ambiente.

 

Como corolario podemos mencionar:

Si bien Venezuela posee un gran potencial energético, su capacidad para aprovecharlo de manera sostenible y segura se ve seriamente comprometido por la falta de inversión, la obsolescencia y deterioro de la infraestructura, la mala gestión gerencial y el impacto ambiental de la industria energética venezolana.

Para incrementar la seguridad energética se requiere un esfuerzo conjunto y sostenido del gobierno, el sector privado y la sociedad civil para:

  • Incrementar la inversión en el sector energético.
  • Mejorar el mantenimiento de la infraestructura.
  • Fortalecer la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión energética.
  • Promover la eficiencia energética y el uso de fuentes de energía renovables.
  • Mitigar el impacto ambiental en las actividades energéticas.
  • Establecer un marco legal y regulatorio que incentive la inversión privada y la participación ciudadana.

Finalmente, incrementar la seguridad energética en Venezuela es un objetivo complejo y a largo plazo, pero es fundamental para el desarrollo sostenible del país y el bienestar de su población, y el índice de seguridad energética es una herramienta esencial para la toma de decisiones informadas sobre el futuro energético de un país.

 

…. Sin un suministro confiable de energía, un país no puede desarrollarse...



[1]  En el área de Gerencia, se indica “Diversidad”, y está referida al  Índice de Herfindahl Hirschman (HHI), el cual  es una medida usada para determinar el nivel y los cambios de concentración de un rubro en particular en función de sus componentes.


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