La Agencia Internacional de la Energía (AIE) advirtió hoy de los
retos petroleros a los que se enfrenta Venezuela tras la muerte del
presidente Hugo Chávez, un país que necesita inversiones en
infraestructuras y donde la producción de crudo ha caído en 700.000
barriles diarios en los últimos 14 años.
Chávez "ha dejado un legado con presiones económicas al alza, una situación financiera bajo presión para la compañía estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), una infraestructura de hidrocarburos envejecida en desesperada necesidad de inversiones (...) y parte de la futura producción de crudo hipotecada a los líderes chinos", indicó la AIE en su informe mensual sobre el sector.
Según ese organismo que depende de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Venezuela necesita en el "medio plazo" hacer frente a los "enormes retos" que se avecinan para PDVSA, que adolece de una "infraestructura en decadencia" y falta de inversiones que ha mantenido a "los socios extranjeros esperando de lado a que se produzca una seria reorganización" del sector.
La AIE es consciente de que el ganador de las elecciones presidenciales del próximo 14 de abril tendrá complicado, en términos de "estabilidad social", interrumpir la política de Chávez de utilizar los fondos de la compañía nacional de petróleo para acometer "ambiciosos programas sociales". Al menos a medio plazo.
"PDVSA ha sido durante mucho tiempo la vaca lechera que ha impulsado los caros programas sociales, en detrimento de la inversión en el sector petrolero del país", señala la AIE en su informe mensual.
Recuerda esa agencia que el resultado de 14 años de "chavismo" en el área de los hidrocarburos se traduce en una caída de la producción de 700.000 barriles diarios, de los 3,2 millones de 1998 a los 2,5 millones de media de 2012.
La producción petrolífera venezolana alcanzó un pico de 3,7 millones de barriles diarios en 1970 que nunca ha recuperado, llegando a convertirse en un "importador neto de gasolina".
El desarrollo de la explotación de la cuenca del Orinoco, por ejemplo, no cumple los plazos esperados por la falta de inversión y solo aporta "unos cuantos miles" de barriles al día frente a los 1,24 millones proyectados para 2017.
Todo ello hace que no esté "claro" si el nuevo presidente será capaz de mantener la calma en una economía cada vez más fatigada y compleja" que adolece de "dificultades" para satisfacer sus pagos de deuda, dice la AIE.
"China le ha aportado a Venezuela financiación relativamente barata con respecto a los mercado de deuda, con préstamos que totalizan unos 30.000 millones de dólares. A cambio, Venezuela está obligada a enviar unos 600.000 barriles diarios de crudo a China", resume el informe.
Sin embargo, las "errática adherencia de Venezuela a los contratos se ha convertido en una preocupación mayor para Pekín", que difícilmente se comprometerá con otro trato similar para financiar la deuda de Venezuela a cambio de petróleo, como demuestran los dos últimos rechazos chinos para ampliar ese tipo de acuerdos en noviembre de 2012 y en febrero de 2013, añade.
"Los analistas dicen que es solo una cuestión de tiempo que la precaria situación financiera del país se mantenga antes de que estalle otra crisis", que se nutriría también de la inseguridad, la hiperinflación, la salida de capitales o la escasez de bienes, concluye la AIE.
Chávez "ha dejado un legado con presiones económicas al alza, una situación financiera bajo presión para la compañía estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), una infraestructura de hidrocarburos envejecida en desesperada necesidad de inversiones (...) y parte de la futura producción de crudo hipotecada a los líderes chinos", indicó la AIE en su informe mensual sobre el sector.
Según ese organismo que depende de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Venezuela necesita en el "medio plazo" hacer frente a los "enormes retos" que se avecinan para PDVSA, que adolece de una "infraestructura en decadencia" y falta de inversiones que ha mantenido a "los socios extranjeros esperando de lado a que se produzca una seria reorganización" del sector.
La AIE es consciente de que el ganador de las elecciones presidenciales del próximo 14 de abril tendrá complicado, en términos de "estabilidad social", interrumpir la política de Chávez de utilizar los fondos de la compañía nacional de petróleo para acometer "ambiciosos programas sociales". Al menos a medio plazo.
"PDVSA ha sido durante mucho tiempo la vaca lechera que ha impulsado los caros programas sociales, en detrimento de la inversión en el sector petrolero del país", señala la AIE en su informe mensual.
Recuerda esa agencia que el resultado de 14 años de "chavismo" en el área de los hidrocarburos se traduce en una caída de la producción de 700.000 barriles diarios, de los 3,2 millones de 1998 a los 2,5 millones de media de 2012.
La producción petrolífera venezolana alcanzó un pico de 3,7 millones de barriles diarios en 1970 que nunca ha recuperado, llegando a convertirse en un "importador neto de gasolina".
El desarrollo de la explotación de la cuenca del Orinoco, por ejemplo, no cumple los plazos esperados por la falta de inversión y solo aporta "unos cuantos miles" de barriles al día frente a los 1,24 millones proyectados para 2017.
Todo ello hace que no esté "claro" si el nuevo presidente será capaz de mantener la calma en una economía cada vez más fatigada y compleja" que adolece de "dificultades" para satisfacer sus pagos de deuda, dice la AIE.
"China le ha aportado a Venezuela financiación relativamente barata con respecto a los mercado de deuda, con préstamos que totalizan unos 30.000 millones de dólares. A cambio, Venezuela está obligada a enviar unos 600.000 barriles diarios de crudo a China", resume el informe.
Sin embargo, las "errática adherencia de Venezuela a los contratos se ha convertido en una preocupación mayor para Pekín", que difícilmente se comprometerá con otro trato similar para financiar la deuda de Venezuela a cambio de petróleo, como demuestran los dos últimos rechazos chinos para ampliar ese tipo de acuerdos en noviembre de 2012 y en febrero de 2013, añade.
"Los analistas dicen que es solo una cuestión de tiempo que la precaria situación financiera del país se mantenga antes de que estalle otra crisis", que se nutriría también de la inseguridad, la hiperinflación, la salida de capitales o la escasez de bienes, concluye la AIE.
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