Rafael Gallegos
El
niño Simón era, tal vez, el niño más
rico de Caracas. Parafraseando a Maduro, era todo un “riquito”. Y además, tenía
lo que laman pedigrí. Era la séptima generación de los Bolívar en América. Una
estirpe por demás oligarca.
Bolívar
y Palacios y Blanco. Ese sí que era el niño de los apellidos.
Y
casi que fue noble. Su padre había insistido infructuosamente en que les
otorgaran el título de Vizconde de Cocorote. ¿Qué hubieran dicho los
“revolucionarios” si a Venezuela la hubiera libertado un Vizconde?
Y
no es nada, que sus genes le daban para nacer con los ojos azules y catirito,
tal como su hermana Juana, o su hermano mayor
Juan Vicente. Pura oligarquía, de la más rancia.
Estudió
con los mejores maestros. El Padre Andújar, Andrés Bello, Simón Rodríguez. Clases
particulares. Luego, fue a la escuela de Don Simón. De no tener el futuro
Libertador tanto dinero, ¿hubiera recibido una educación tan esmerada?
Ese
sí era riquito, hijito de papá, niño de los apellidos, oligarca y tantos
calificativos, convertidos hoy en
insulto, por obra del resentimiento.
Por
ser rico se fue a estudiar a España. Hizo
una parada en México y lo atendió, de
acuerdo a su rango, lo más granado de la sociedad.
Luego
en España, vivió en la casa del colombiano Manuel Mallo. Nada menos que el
favorito de la Reina María Luisa. Fue testigo de esos amores. Lo presentaron al
futuro Fernando VII. Pura cúpula.
Nuevamente en Caracas, ejerció su rol de propietario de
inmensa cantidad de tierras, o como dirían los “revolucionarios” de hoy, de
latifundista. Casi se cae a tiros en un duelo, con Antonio Nicolás Briceño, por
la propiedad de unas tierras. Puro capitalismo.
De
regreso a Europa, llevó, no podía ser de otra manera, vida de rico. Novias,
paseos, fiestas. Parrandeando en un prostíbulo de Londres lo confundieron con
un pederasta griego.
Estudió
mucho y se relacionó con los grandes sabios de su tiempo. Otro lujo que se dio
por ser rico. Profundizó en la política de su tiempo y en los enciclopedistas.
Se formó en el pensamiento republicano, liberal y democrático. Socialista jamás.
Ese concepto estuvo fuera de su cotidianidad.
O
sea, un hombre que nació millonario,
libertó a Venezuela. Por cierto, Sucre, Santander, San Martín, Urdaneta…también
fueron hijitos de papá. Claro,
sacrificaron su fortuna, por sus ideales.
Al
revés que muchos, que como diría Cantinflas, estoy viendo y no digo: que nacen pobres,
sacrifican a la Patria y, terminan donde empezó el Libertador. Claro…
económicamente.
Ser pobre o ser rico, no tiene nada que ver con las
posiciones que se asuman en la vida.
Tener papá, mamá, o por Dios, apellidos, tampoco.
Jesús
era pobre y dos mil años después, se
siente en el alma su obra.
Hitler
era pobre hasta el hambre, y Churchill, noble: Sir Winston Churchill. Que a que
no le dicen a Churchill y su gigantesca obra, el niñito rico o señor de los
apellidos.
Gaitán
era pobre y hubiera sido un gran presidente.
En
Venezuela, de los fundadores más
importantes del comunismo fueron los oligarcas Gustavo Machado y Eduardo
Machado. Por cierto, parientes de María
Corina Machado. Y la familia de Juan Bautista
Fuenmayor, primer secretario general del PCV, era dueña de una
universidad.
Entonces, ¿por qué insultan a Capriles por su
origen? Critíquenle sus ideas, su ejecutoria; pero su
origen, por favor… no sean tan elementales.
¿Nacer
rico es malo? No. Malo es nacer pobre y morir rico sin actividad enriquedora
conocida. Renny decía: sí, tengo real, ¿y qué?; pero mis reales los hago por TV
todos los días… ¿podrán decir lo mismo algunos políticos?
Critican
a Capriles por su origen, sus estudios, hasta por su soltería. Puro recoveco.
Con
esas críticas, transfieren al pueblo resentimiento por los ricos: yo soy pobre
por culpa de tu riqueza.
Además,
transmiten odio por la educación de
calidad. Reeditan los tiempos de Martín Espinoza, que decapitaba a los blancos
que supieran leer y escribir. ¿Alguna diferencia con Boves?
Critican
la vida privada de Capriles con blasfemias y estimulando el machismo en los
venezolanos. Si Capriles se casa, o no se casa, ese es su problema.
Y
si de paso, la “revolución” pone como modelo a Fidel Castro… le enseñan
al pueblo que los gobernantes que no dejan trabajar, ni expresarse, y se
eternizan en el poder, son el modelo a seguir.
Puro totalitarismo.
¿Por qué no “defienden” el verdadero legado de esta
“revolución”: la destrucción de la
empresa privada, la de PDVSA, la de la CVG, la del agro… la división del alma
nacional?
Simplemente
porque no tienen argumento para debatir. Sólo hablan y se contestan. Puro
soliloquio.
¡Debatan con Capriles! Dejen el miedo y
la falsificación de la historia.
Cómo
les encantaría que Bolívar, también hubiera sido arañero.
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