Rafael Gallegos
Izquierdas
las de antes. Petkoff, Américo Martín, Pompeyo Márquez, Héctor Mujica, Gustavo
Machado, Domingo Alberto Rangel, Douglas Bravo... por lo menos escribían libros
y artículos acerca de su ideología, llenaban la prensa de artículos profundos. Ah!
y sin insultar a nadie. Seguramente no hubieran arreglado al país de llegar al
poder; pero por lo menos, tenían altura. Miles de letras por centímetro
cuadrado de cerebro, antípoda de lo que sucede hoy con estos neo izquierdistas
que nos gobiernan.
Ellos,
sin saberlo, parafrasean al gran Gustavo Adolfo Bécquer: una oda sólo es buena
de un billete de banco al dorso escrito. Sus “escritos” y “poemas” se han
reducido a la firma de cheques.
¿Dónde
están los artículos y libros de los “cinco sucesores” de este fatídico régimen?
Para responder, habrá que volver a la literatura. A la Utopía de Tomás Moro. O sea… lugar en ninguna parte.
Con
esta poderosísima carga ideológica de la “revolución” bolivariana, hemos
llegado a la concepción más trucutrulenta (Trucutrú dixit) de la política: los izquierdistas son, los buenos y los
derechistas, los malos.
Algo
así como si Robin Hood, El Llanero Solitario y Toro, El Zorro y el Mudo, Batman
y Robin, fueran izquierdistas, mientras que el Príncipe Juan, el sargento García,
el cabo Reyes, el Guasón y Gatúbela… fueran de derecha. Tanta profundidad, ahoga.
Glub, glub, glub, claro, en un vaso de
agua.
Por sus hechos los conoceréis.
Observemos
qué es ser de izquierda para nuestros izquierdistas, izcurdistas y fascistas (lo
que ocurra primero). Veamos cómo actúan:
1.- Ignoran a los que piensan distinto
Ser
de izquierda es no incorporar a los que piensan distinto a las directivas de la
Asamblea; tener un CNE que parece una sucursal del partido de
gobierno, y poderes públicos sin
independencia.
A
cada rato recuerdan a sus enemigos, con adjetivos descalificativos como
majunche, canalla, j.b., riquito, niño de papá, los señores de los apellidos. Pura
pedagogía del resentimiento.
2.- Confunden el verbo gobernar con el verbo
repartir
Ser
de izquierda es repartir la renta petrolera. Ah! Y el que parte y reparte…
Si repartir fuera gobernar, Robin Hood sería
el gran estadista de todos los tiempos. El problema de repartir en lugar de
gerenciar estrategias sociales para acabar con la pobreza, es que cuando se
“acaba el leal, se acaba la lopa”.
Tipo
Evita Perón, que era buena e
izquierdista, porque le hacían cola para recibir dinero, neveras, ropa, etc. Detrás
de la limosna venía una Argentina acabada, que de ser el país más promisorio de América Latina, se
convirtió en el hiperinflacionario, que dio paso a la dictadura de Videla.
Esta
“revolución”… repartió. Se acabó la plata y estamos peor que antes. Se
solicitan líderes populares responsables y con capacidad gerencial.
Abstenerse salvadores de la patria.
3.- Acaban con todo lo que produzca
Ser
de izquierda es expropiar (¿o robar?) a ritmos de “exprópiese” e “invádase”.
Ahora queda la mitad. Se produce la mitad. ¿Dónde va a trabajar usted, y sus
hijos? Todo se importa a dólar, más que controlado… desaparecido. Controlan los
precios y fuerzan a producir a pérdida. Así nuestros buenos izquierdistas, han
logrado record de inflación y de devaluación.
Puro
“son” cubano. Destruir la economía para que todos dependamos de una tarjeta de
racionamiento y de una pensión del gobierno y entonces… se queden en el poder
para toda la vida. Como en la Cuba de nuestro jefe Raúl.
4.- Irrespetan la libertad de expresión
Han
cerrado RCTV, 34 emisoras. Han opacado la libertad en “sus” emisoras del gobierno, o mejor, del
partido.
Ah!
Y van por Globovisión… si es que gana Nicolás.
Entonces,
para la “revolución” ser de izquierda es irrespetar al enemigo opositor,
repartir el erario nacional, acabar con
la producción de bienes y servicios y cerrar
los medios de comunicación
“enemigos”.
Ah!
Y lo de izcurdos pasa por la dolce vita,
que llevan las nomenklaturas, como los
rusos, cubanos y chinos pre Muro de Berlín. ¡Qué vida tan dura!
Izcurdos de la cena revolucionaria de 32.000
euros, que según Roland, sucedió en París.
Y
los que no estemos de acuerdo, pues seremos derecha traidora y entregada al
imperio. Para la “revolución”, ser de
derecha es respetar al opositor, creer en elecciones limpias y separación de
poderes, incentivar la empresa privada como base del desarrollo, gerenciar
políticas sociales para lograr el hambre cero y, fomentar la libertad de
expresión. O sea…las democracias exitosas del mundo entero.
Y
para completar el título del artículo, lo de fascismo, lo dejo como tarea: ¿en
que se parece este gobierno a los gobiernos fascistas del siglo XX en Europa?
Capriles Presidente. Haz tu comando familiar y
vecinal. Todos a votar.
Vota la bota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario