viernes, 25 de enero de 2013

LA VORÁGINE

Rafael Gallegos                                                                                              
                                                            
Claro que hay vacío. 

Vacío de poder, vacío de economía, vacío de integración y sobre todo vacío de soberanía. Hay hasta un vacío en el alma. Pálpese.
Y por encima de la polémica enfermedad presidencial; de la dilemática presencia en ausencia del Presidente; de la legalidad o ilegalidad  de las medidas  para perpetuar a Maduro, o a la “revolución”, en poder; o de la firma en ausencia para el nombramiento del Canciller… nos estamos quedando sin país.
Tanto vacío va dando paso a una vorágine. Y no lo dude, nos puede tragar a todos. Pobres y ricos. Chavistas y demócratas. Hombres, mujeres, jóvenes, viejos. A todos. Es que en  la política y en las sociedades, como la física, los grandes desequilibrios se reflejan en  diferenciales de presión, remolinos, huracanes, vorágines. 
Y las vorágines se tragan a los hombres. Como a Arturo Córdoba, el inteligente y atormentado personaje de la gran novela de José Eustacio Rivera. O como a nuestro Marcos Vargas de Canaima, que se lo tragó la selva, con su educación y sus ideales.
La “revolución” ha sido un triunfo pírrico. Con el corazón en el pecho, sus líderes podrían parafrasear a Pirro: otra “revolución” como esta y nos quedamos sin país.

PARA DESTRUIRTE MEJOR
Los “revolucionarios” no se han equivocado. El plan está clarito. Los ojos del lobo son para ver mejor a la caperucita, y la boca del lobo es para comerte mejor. Como si el lobo nos dijera a los venezolanos ingenuos que preguntemos para qué tienes ese poder tan grandote: para destruirte mejor.
Porque, no lo dude, el gran desiderátum de esta “revolución” es destruir al país para permanecer en el poder forever.
Nada nuevo bajo el nublado sol de las revoluciones comunistas. Como Cuba, el país con el marasmo más grande más de América. Cincuenta y cuatro  años con los Castro destruyendo… para permanecer en el poder.
Para medir el fracaso de esa revolución comunista, basta observar cómo luego de tantas décadas, ni siquiera son autosuficientes. Ayer le vendieron el alma a la URSS para poder sobrevivir. Y hoy, paradoja de paradojas, lograron comprarle el alma a Venezuela… y encima le cobran. Todos los días sale un bobo a la calle y el que lo agarre, es de él. Y ese el  país que quiere imitar el gobierno de Venezuela.
Los jefes de nuestro gobierno dicen representar al pueblo; pero este pueblo cada día que pasa, tiene peores condiciones de vida. Si de verdad hubieran mejorado a los tan utilizados pobres,  no hubiera esa creciente cantidad de ranchos rodeando a Caracas, ni tantas viviendas insalubres en todas las ciudades de Venezuela, ni tanta violencia generadora de miles de víctimas al año. En el nombre de los pobres… se han burlado de los pobres.
En línea con la política de destruir al país para permanecer en el poder, han llevado a PDVSA a una sima inimaginable hace pocos años. Mínima producción máxima deuda, misión desvirtuada. En la historia del petróleo, no existe parangón con lo que han hecho con nuestra gallina de los huevos de oro. En el futuro, ¿de dónde saldrán los dólares para las políticas sociales? Se siguen burlando de los pobres. Y eso sin mencionar el record, por abajo, de producción de SIDOR, o el aluminio produciéndose al 30 % de su capacidad.
¿Será que la imitación al comunismo cubano es tal, que planean que otro país nos mantenga luego de acabar con la industria petrolera?
Para destruirte mejor, ha funcionado Y tienen la desfachatez de defender a un gobierno que a erializado el 25% de la superficie de siembra y destruido el 40 % de las industrias, en apenas 15 años. ¿Dónde van a trabajar esos pobres que dice defender la “revolución”?
Y por si fuera poco, han dividido el alma nacional. Venezuela es un país con el corazón partío. Hasta la Asamblea Nacional la quieren convertir en un ring de boxeo. Cómo hemos decaído. ¿Se imaginan al parlamentario Uslar Pietri ofreciéndole unos golpes a Prieto Figueroa? Es cuestión de  niveles. Como decía mi querido padre: con enanos no se puede realizar una tarea de gigantes. Y con tanto odio a flor de piel, menos.
Ahora, a nuestros  eternos problemas  hay que agregar la dependencia de Cuba. ¿Se solicita  libertador?
No podemos seguir imitando a los líderes de Bizancio discutiendo acerca del sexo de los ángeles, o del tamaño de los pelos del pubis, con los invasores tumbando los muros de su ciudad.
Hay que concentrarse en lo importante. En la  aplicación de la Constitución, la organización de las masas, las estrategias de desarrollo. En la unidad y el diálogo de los venezolanos y en la defensa de la democracia. Pilas y guáramo son nuestras primeras necesidades.
La sustentabilidad del país, está en veremos. Es imperativo  superar este reto. Venezuela o vorágine, he ahí el dilema a que nos estamos enfrentando.

No hay comentarios:

Entradas mas leidas

Navegacion