domingo, 27 de enero de 2013

Carta de Lorent Saleh

En un lugar de Venezuela 18 de Enero de 2013

Un grito en medio del desierto de la indolencia y el desdén. Un llamado. Nuestro llamado a familiares y amigos, a nuestras madres, nuestros padres, a la sociedad donde vivimos.

Hoy quiero pedir por todos aquellos que levantan sus voces de protesta, por aquellos que luchan por sus ideas libertarias y en ocasiones terminan sintiéndose solitarios en sus principios. Por los jóvenes que frente al desdibujado futuro deciden no tener miedo y enfrentar la realidad. No ser cómplices, ni complacientes con un sistema corrupto y decadente que destruye los valores de una sociedad controlada por la propaganda, la publicidad y el populismo. Ese, es el camino que hemos escogido. El deseo de vivir en una sociedad cada día más plural, donde se respeten las ideas y las creencias. Una sociedad más civil y menos militar, con más colores y menos uniformes, más consiente del valor de ser ciudadano, una sociedad menos mesiánica. No necesitamos estar de rodillas en tierra para sentirnos parte de algo, no necesitamos ponernos una gorra de tres colores o una boina roja, ni una camisa, ni copiar modelos extranjeros. No queremos un país arrodillado a persona alguna, mucho menos si son militares manipulados por dictadores cubanos.

Estoy en contra de toda concentración de poder, estoy en contra del militarismo y la autocracia. No creo en revoluciones de marketing y cuarteles, en el cuento decadente de la revolución castro-comunista, tampoco creo el chantajista cuento de que “la única arma para enfrentar las dictaduras modernas sea el voto” con este CNE. Siento pena por aquellos que se sienten orgullosos por estar “rodilla en tierra” frente a un “comandante”, que ni sabemos si vida tiene, del despilfarro de recursos y la utilización de medios públicos para hacerle culto a la personalidad. Hace falta más que un caudillo inflado con dólares petroleros y medios de comunicación. Siento tristeza por aquellos que disimuladamente se arrodillan al sistema y lo legitiman, solo quieren “gobernar” y que le respeten sus “espacios”, solo piensan en elecciones y colocar sus caras en pendones. Como si esta crisis social y política se combate con propaganda electoral. Insistimos, como últimamente lo hemos venido haciendo, en que no estamos interesados en pelear por espacios, mucho menos por personas, estamos interesados por defender una idea.

Las dificultades y los señalamientos suelen ser el común denominador en esta lucha, y es lógico. De ser diferente no estuviéramos en estas condiciones. Hoy más que nunca me siento orgulloso de ser venezolano y poder compartir con quienes sin miedo defienden sus ideas y no se “cuadran” con el gobierno de turno.

Hoy quiero manifestar mi mayor respeto por los compañeros que valientemente desde el 10 de Enero decidieron levantarse en huelga. Por los jóvenes en Carabobo que con dignidad asumen el ayuno, por mis hermanos en Barinas que a pesar de las presiones y amedrentamientos están de pie, por mis compañeros en Aragua y en Caracas-OEA. Por mis hermanos de Trujillo que no se dejan intimidar por el militar gobernador y sus malandros, a mis paisanos del Táchira y Mérida que no le temen a las fuerzas militares y paramilitares del gobierno. Por todos los jóvenes y estudiantes que desde sus universidades defienden las ideas de Libertad y democracia frente a la cultura militarista y castro-comunista.

Les confieso, que el miedo ha insistido en acompañarme, les confieso que no sabía que tan difícil era esto, que las decepciones son frecuentes y que la envidia está de moda, que los medios muchas veces hacen daño y que el dinero tiene frecuentes amigos, y a pesar de todo eso, mi corazón nunca ha dudado en seguir luchando por lo que creo y pienso que es bueno para nuestro país.

Nuevamente violaron mis derechos y sin explicación alguna: de manera totalitaria y cobarde prohibieron mí salida del país. Hoy me persiguen por lo que pienso, hoy amenazan a mi familia porque luchamos por la idea de la Libertad. Quiero decirle, a los usurpadores del gobierno, que hoy más que nunca me sobran las ganas de luchar contra su gobierno militarista y su sistema castro-comunista. Que sé que no entienden lo que es la palabra dignidad, pero tranquilos, que le enseñaremos su significado. Por ahora sigan buscando la manera de descalificarnos, insultarnos, de detenernos y golpearnos, yo les prometo que no obtendrán nuestra obediencia.

No al castro-comunismo, No al militarismo ¡Esta lucha es de Resistencia!

Por una Venezuela de ciudadanos libres. Vamos a seguir luchando.

Lorent Saleh

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