Eddie A. Ramírez S.
La
defensa de los principios y valores no puede estar supeditada a que
existan las condiciones que garanticen el triunfo. La política no
debería ser el arte de lo posible, sino el arte de hacer posible lo
deseable y ello implica tomar acciones aunque se corra el riesgo de no
tener éxito. Los principios hay que defenderlos en todo terreno.
Diez
años después del paro cívico del 2 de diciembre, algunos insisten en
que fue un error porque no produjo los resultados deseados y, más bien,
fortaleció al teniente coronel. Quizá no era la mejor oportunidad y
tampoco medimos que el régimen estaba preparado para enfrentarlo.
¿Debíamos seguir tolerando las violaciones a la Constitución? ¿Era
preferible olvidarse de los principios y valores porque no estaban dadas
las condiciones para defenderlos?
Como consecuencia, muchos
perdieron sus negocios, gran número de empresas y de ciudadanos fueron
vetados por el régimen y todavía sufren las consecuencias. Los
petroleros fueron ilegalmente despedidos y tienen prohibición de
trabajar en Venezuela. Sin embargo, gracias al paro cívico el gobierno
tuvo que aceptar que se realizara el referendo revocatorio presidencial,
aunque manipuló para demorarlo. También se logró que la OEA aprobara la
vigente Resolución 833 del 16 de diciembre del 2002, la cual obliga a
su Secretario General a que continúe informando al Consejo Permanente
sobre sus gestiones de facilitación con relación a la situación en
Venezuela.
Además, el 23 de mayo del 2003 se firmó el Acuerdo entre
el gobierno, los representantes de la Coordinadora Democrática y los
facilitadores de la OEA, que contempla, entre otros aspectos, la
prohibición de utilizar la
Fuerza Armada y policías para reprimir indebidamente; exhorta a la
Asamblea Nacional a conformar la Comisión de la Verdad; designar un
árbitro electoral confiable, transparente e imparcial; respetar el
Artículo 6 de la Constitución que contempla elecciones libres, justas y
transparentes; la separación e independencia de los poderes públicos;
una democracia representativa; el respeto a los derechos humanos , a
los trabajadores, a la libertad de expresión y la eliminación de todas
las formas de discriminación. Como se apreciará, el paro sí tuvo
acuerdos positivos, aunque el totalitarismo gubernamental, burlándose
de los venezolanos y de la OEA, no los respetó y quizá la alternativa
democrática no ejerció suficiente presión para exigir su cumplimiento.
Los
trabajadores petroleros todavía sufrimos las consecuencias de anteponer
la defensa de los principios a nuestros beneficios. Hoy, ilegal e
injustamente, Pdvsa nos está imponiendo multas y reclamando reparos por
sumas multimillonarias, pero preferimos defender principios y no ser
cómplices de las irregularidades que ocurren en la empresa.
Como en
botica: Rechazamos los ataques a Israel en los medios oficiales. El
libro “Los pilares del éxito eterno”, de Antonio García De Castro,
expone la necesidad de una educación integral para que países, empresas y
ciudadanos sean exitosos. La ética es uno de esos pilares.
martes, 27 de noviembre de 2012
Pragmatismo vs. principios
Publicado por Nelson Hernandez en 17:36
Etiquetas: Eddie Ramirez, politica, pragmatismo, principios, valores
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario