jueves, 8 de diciembre de 2011

Fantasma eléctrico

Jose Aguilar

Nuestro sector eléctrico está contra las cuerdas y los encargados venden un engaño como "éxito" a toda Venezuela abusando de su buena fe





El sempiterno rezago en proyectos estructurantes y mantenimientos diferidos  hace que usted y sus seres queridos, continúen sin suficiente electricidad, haciendo que aparezca el fantasma eléctrico para engañarlo una vez más.

Nuestro sector eléctrico está contra las cuerdas y los encargados venden un engaño como "éxito" a toda Venezuela abusando de su buena fe. Esta especie de fantasma eléctrico ha engañado y engaña de esta forma:

A la institucionalidad por la vía del desfalco para sentar el precedente de una corruptocracia sin parangón en 123 años de historia eléctrica.

A la colectividad, la tiene hechizada con anuncios, garantías que no sirven, proyectos que no se cumplen, blindajes que no existen y mantenimiento inadecuado, llevando con exigencia a nuestra infraestructura casi al borde del precipicio.
A usted y a su familia se les acusa de derrochadores y se les culpa de la falta de megavatios para todos, habiendo llegado al descaro de multarlo injustamente. Usted no puede defenderse, porque le esconden los hechos y hasta los falsifican para robar su golpeado bolsillo.

A los profesionales y demás trabajadores del sector eléctrico, se les engaña con falsas promesas e inviables esquemas, removiendo a los trabajadores capaces y reemplazándolo por incapaces, esto solamente por ser leales al proceso político fallido. La electricidad tiene cáncer por ahora en revisión hasta marzo 2012.

Tiene un cáncer porque se premia lo peor: de la regionalización a la centralización, de la institucionalidad a la anarquía, de la planificación a la improvisación, de la meritocracia al oportunismo político, del conocimiento a la piratería, de la transparencia a la creciente e ilegal opacidad, de la valoración de nuestra calificada ingeniería a su desprecio, de la eficacia al populismo demagógico y de la dedicación al cliente a un desdén por sus legítimos reclamos.

Todo esto establece un marco y andamiaje que destruye nuestra Venezuela, no se deje engañar, mire los hechos y póngase la mano en el corazón por el país. Si quiere una Venezuela próspera: espante al fantasma eléctrico, estirpe este cáncer. De usted depende. ¡Manos a la obra, que sí se puede!

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