sábado, 29 de enero de 2011

Reacción en cadena



Guillermo A. Zurga

Como era de esperarse que sucediera algún día, algunas poblaciones del mundo entero, sometidas a regímenes tiránicos, están respondiendo con manifestaciones firmes, a estas dictaduras en sus países, como una consecuencia lógica del sentimiento del ser humano, quién por naturaleza, rechaza mayoritariamente la opresión y la limitación de sus libertades,  derechos civiles y  humanos.

Pienso, que este fenómeno que se produce actualmente en el mundo, se debe a que el ser humano está mejor informado y educado en política que antes, con la invalorable ayuda de las comunicaciones modernas, en especial con la creación y uso de las redes de comunicación sociales que proliferan aceleradamente en Internet.

Esta modernización de las comunicaciones ha permitido, que los medios de comunicación, estén tecnológicamente un paso delante de los gobiernos dictatoriales, quienes se encuentran al desnudo ante la opinión pública interna e internacional, razón para intentar silenciar sin éxito, con argucias y trampas, a estos valientes medios de comunicación.

Las poblaciones de los países con dictaduras, o dictaduras en vía de gestación, están protestando, en diferentes maneras y formas, a que cesen las persecuciones y hostilidades a la población, y claman por democracia, elecciones limpias, libertades  y respeto a sus condiciones humanas. Esto sucede actualmente contra los gobiernos de: Bolivia, China, Costa de Marfil, Cuba, Ecuador, Egipto,  Gabón, Líbano, Yemen, Venezuela, Zimbabue, entre algunos otros.

Lo que está sucediendo en el mundo actualmente, pareciera ser el despertar masivo de los pueblos antes las dictaduras, quienes a pesar de estar actuando aisladamente sin conexión aparente entre ellos, es comparable a una reacción nuclear en cadena, cuyos elementos internos reaccionan, se multiplican y generan una energía muchísimo más poderosa a la suma todas estas energías internas individuales.

Pareciera, que muchas de estas dictaduras caerán violenta y estrepitosamente más pronto que tarde, dada la voluntad que se observa en los actores de la población entrevistados, aunada a los hechos, que ya han producido resultados en Yemen; donde la población, a pesar de los medios de opresión que se han practicado contra ellos, con muertos y heridos, no cesan en sus reclamos de pedir la renuncia de los colaboradores del dictador derrocado Ali Abdulá Saleh.

Quién iba a pensar que el pueblo egipcio, a quién veíamos como muy pacifico y  acostumbrado a la dictadura actual de 30 años en su país,  se levantara contra ésta, de la manera como lo hace actualmente, solicitando la salida del presidente Hosni Mubarak del gobierno. Son situaciones políticas inéditas que suceden espontáneamente, en las cuales no existen fórmulas matemáticas para explicarlas, salvo las que insinué al principio del artículo, si es que aplican.

Esto es muy bueno que suceda, y que los pueblos oprimidos se den cuenta que no necesitan la intervención de la ONU ni la de las potencias desarrolladas, para expulsar del poder a los gobiernos dictatoriales, que con mentiras y falsas expectativas populistas, demagógicas y/o nacionalistas, intentan perpetuarse en el poder en sus indefensos países. 

Las protestas políticas en cadena que suceden en el mundo actualmente, con muertos y heridos, debe servir a las organizaciones internacionales, en defensa de las democracias, a que revisen sus políticas de actuación, dada la lentitud exagerada con que actúan, ante las situaciones de opresión a los pueblos, por las dictaduras. La mayoría de las veces actúan extemporáneamente, después que ocurren daños irreparables a estas indefensas poblaciones.

Un mensaje que las poblaciones bajo el yugo dictatorial, están lanzando al mundo civilizado, es el de el rechazo a la diplomacia de relaciones condescendientes, con los gobiernos de los países dictatoriales, donde se da prioridad a los intereses estratégicos y comerciales que a los intereses sociales o políticos, permitiendo con esta conducta, la proliferación en el mundo de dictaduras que tiranizan brutalmente a sus pueblos.

Según una lista que me enviaron recientemente, existen unos 32 países con gobiernos dictatoriales, muchos de estos, tolerados y alcahueteados por países desarrollados, debido a que representan para ellos, negocios con jugosas ganancias a estos países, no obstante el sufrimiento de los pueblos de estos gobiernos.

Esa política de vista gorda, por asuntos diplomáticos, “estratégicos”, financieros u otros, ante gobiernos tiránicos, debe ser revisada y abolida. Los pueblos oprimidos no tienen derecho a sufrir, para el beneficio y bienestar de otros pueblos desarrollados con gobiernos democráticos. 

Dictaduras como las siguientes, deben preparase para manifestaciones: Kim Jong Il, de Corea del Norte; Robert Mugabe, de Zimbabwe; Than Shwe, de Birmania; Omar Hassan Al-Bashir, de Sudán; Gurbanguly Berdimuhamedov, de Turkmenistán; Issaias Afewerki, de Eritrea; Mahmoud Ahmadinejad, de Irán: Meles Zenawi, de Etiopía; Hu Jintao, de China; Muammar Al-Qaddafi, de Libia; Bashar Al-Assad, de Siria;  Idriss Déby, de Chad; Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, de Guinea Ecuatorial; Yahya Jammeh, de Gambia; Blaise Compaoré, de Burkina Faso; Yoweri Museveni, de Uganda; Paul Kagame, de Ruanda; Aleksandr Lukashenko, de Belarús; Paul Biya, de Camerún.

Así pues, que no nos extrañe, que próximamente veamos a otros pueblos levantarse con éxito en contra de sus respectivos gobiernos tiránicos reclamando democracia,  sus libertades y sus derechos fundamentales a vivir con dignidad, como seres humanos.

Si bien es cierto, que muchos de estos gobiernos dictatoriales son considerados militarmente fuertes y estables, y además tienen aliados dentro de países considerados como demócratas, no es menos cierto, que cuando un pueblo se une y decide manifestar su descontento, se puede convertir en una fuerza de dimensiones insospechadas, ante la cual pueden sucumbir los ejércitos mejor dotados y organizados.

Proverbio: “Sería una necedad pretender que el pueblo no puede cometer errores políticos. Puede cometerlos, y graves. El pueblo lo sabe y paga las consecuencias; pero comparados con los errores que han sido cometidos por cualquier género de autocracia, estos otros carecen de importancia.” John Calvin Coolidge (1872-1933) Presidente de Estados Unidos (1923-1929).

Proverbio: “Un soldado feliz no adquiere ningún derecho para mandar a su patria. No es el árbitro de las leyes ni del gobierno. Es defensor de su libertad.” Simón Bolívar, libertador.

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