viernes, 10 de diciembre de 2010

Las empresas mixtas de PDVSA no podrán aumentar la producción


Gustavo Coronel



La carta del ministro Ramírez a las empresas mixtas donde PDVSA tiene el 60 por ciento de las acciones, carta en la cual se les ordena tomar las medidas necesarias para aumentar la producción revela la situación desesperada del régimen, el cual se acerca inevitablemente al colapso financiero y político.

Esta carta del ministro Ramírez no puede tener éxito por dos razones: una, porque las empresas socias de PDVSA están en una plan de no invertir sino de extraer lo extraíble al menor costo, dadas las carencias de garantías legales que imperan en el país. Dos, porque aún cuando las empresas socias desearan hacerlo, no podrían, con la disponibilidad existente de equipos, personal y materiales a corto o mediano plazo. Los petroleros que formaron parte de la PDVSA pre-Chávez han repetido hasta la saciedad que aumentar o disminuir producción petrolera no es un simple asunto de abrir o cerrar grifos. Al no invertirse lo suficiente y de manera oportuna la producción declina. Al Tratar de elevarla requiere tiempo, ya sea para aumentar la reparación y acondicionamiento de pozos o para perforar, completar y poner a producir nuevos pozos.

La embajada de los Estados Unidos en Venezuela corrobora este clima de caos existente en la industria petrolera venezolana al informar de una reunión con ejecutivos de empresas estadounidenses activas en el país. En el caso de Chevron, la empresa petrolera estadounidense más importante activa en Venezuela, la política actual es no invertir y sacar toda la producción posible al menor costo (Informe del embajador Duddy de fecha 15 de octubre, 2009, publicado a través de Wikileaks). Chevron le dijo al embajador que PDVSA deseaba reducir el número de personal extranjero y reemplazarlo con personal venezolano en PetroBoscán, una de las empresas mixtas de PDVSA y Chevron, a fin de ahorrar dinero. Dijo también que el número de equipos de reparación y de perforación de pozos en esa empresa había bajado de cinco a dos, lo cual había producido una declinación en el nivel de producción. La empresa PetroBoscán, añadió el ejecutivo, ya había perdido unos 15.000 barriles diarios de producción. Estos expertos de Chevron coincidieron en que la producción actual de Venezuela no sobrepasaba los 2.3 millones de barriles al día, a pesar de que el régimen sigue hablando de 3.2 millones.

Por su parte, los ejecuivos de la empresa de servicios petroleros Baker Hughes le dijeron al embajador que la situación de los equipos se ha deteriorado dramaticamente como resultado de la expropiación (confiscación) de unas 80 empresas y que se habían quedado “sorprendidos” de ver el pobre estado de mantenimiento de las gabarras de perforación de PDVSA. Comentaba el ejecutivo de Baker Hughes que exportar un contenedor con equipos requería siete pasos en el pasado pero que ahora el gobierno exigía 30 pasos. La empresa dijo que se estaban llevando los equipos más sofisticados del país.
Las empresas mixtas adeudaban para ese momento unos $100 millones a las empresas de servicios petroleros, mientras que PDVSA le debía directamente a Baker Hughes otros $100 millones. El punto débil en ambos casos es PDVSA, que no tiene dinero para pagar sus deudas.
En un extraordinario artículo aparecido en The Guardian de Inglaterra: http://www.guardian.co.uk/world/2010/dec/09/wikileaks-oil-giants-squeeze-chavez  se detallan aún más los monumentales problemas de PDVSA y de Chávez. En un párrafo relacionado con una negociación conjunta entre PDVSA y ENI, la empresa petrolera italiana, The Guardian dice: “El embajador de Italia en Caracas, Luigui Maccotta, le dijo a su contraparte estadounidense que la estatal italiana ENI presionó a PDVSA en enero pasado porque sabía que PDVSA no tenía otra opción. Los italianos pospusieron por 2 días la firma del acuerdo con el gobierno de Venezuela, para enviar el mensaje de la necesidad de contar con ENI. Luego, el presidente de ENI, Paolo Scaroni, le exigió al ministro Rafael Ramírez cambios en los términos y condiciones del contrato.
Treinta minutos antes de la ceremonia para la firma del contrato, Scaroni le dijo a Ramírez: Lo tomas o lo dejas. Yo puedo montarme en mi avión e irme a otro lado. Ramírez aparentemente usó esa media hora para convencer al presidente Chávez de que aceptara las nuevas condiciones”.
Esto evidencia el estado de debilidad en la cual se encuentra PDVSA y los catastróficos resultados de la política petrolera de Hugo Chávez y de su fiel sargento mayor, Rafaél Ramírez.
Por esto es que la carta de Ramírez a sí mismo (del ministro a PDVSA) no pasará de ser un saludo a la bandera. Es, al mismo tiempo, una señal de grave irresponsabilidad por parte del régimen, ya que la producción petrolera no puede tratar de aumentarse cada vez que el presidente Chávez necesita meterse unos reales en el bolsillo.

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