martes, 23 de noviembre de 2010

El desmantelamiento de PDVSA

Eddie Ramirez

                                                                                                  
Hace algún tiempo PDVSA vendió dos refinerías que tenía en Estados Unidos. Ahora acaba de vender sus acciones en  la empresa Ruhr Oel, en Alemania.  Desprenderse de cualquier activo es una práctica normal de una empresa. El punto a discutir es porqué se compró, porqué se quiere vender, cómo se realizó la transacción  y en qué va a utilizarse el producto de la venta. Además, porqué no se realizó una consulta previa con profesionales del negocio, ni se informó debidamente a la colectividad.
 
El porqué se compraron: La internacionalización fue una estrategia de la PDVSA meritocrática con la aprobación del Ministerio de Energía y del Congreso, con el visto bueno de la CTV, Fedecámaras y de la mayoría de los partidos políticos. El objetivo era adquirir mercado contando con refinerías,  para no depender de los compradores de petróleo y colocar  nuestros crudos pesados y extrapesados. Además, en ese momento construir una refinería en Venezuela era más costoso que adquirir una ya operativa en el exterior y no se disponía de los recursos financieros. La participación total o parcial de PDVSA en  16 refinerías en los Estados Unidos y en Europa tuvo un costo de  tres mil millones de dólares, gran parte de ellos pagados con el suministro de petróleo, mientras que construirlas en el país tenía un costo de siete mil trescientos millones de dólares. En el año 2001, exportamos algo más de dos millones de barriles por día, refinándose un 48% en nuestras refinerías en el exterior. Ese año la ganancia neta del negocio de refinación en el exterior fue de 727 millones de dólares.
 
Porqué se vendió Ruhr Oel: Esta empresa es dueña de cuatro refinerías y PDVSA poseía el 50% de las acciones. Según declaraciones oficiales, se vendió porque en la misma no había trabajadores venezolanos,  porque no procesaba nuestro petróleo y porque no daba suficientes ganancias. Lo primero no tiene sentido, ya que nadie establece una empresa en el exterior para darle trabajo a sus nacionales. Ciertamente se procesaba poco petróleo de PDVSA porque  era mejor negocio colocar nuestra baja cuota petrolera en nuestras refinerías en los Estados Unidos. El día que aumentemos la producción, hoy limitada por la ineficiencia de PDVSA, vamos a necesitar esas refinerías para no estar sujetos a los mercaderes del petróleo. También es cierto que  nuestras refinerías en el exterior no procesan grandes cantidades de crudo pesado y extrapesado, lo cual se explica por razones de diferencial de precio. Al tener una baja cuota de producción y necesitar mayores ingresos la mejor opción es colocar los crudos más valiosos. Visualizando que a mediano y lago plazo el petróleo que dispondremos será mayormente pesado y extrapesado y que la declinación de la producción de otros países obligará a incrementar nuestra producción, la venta de nuestra participación en   Ruhr Oel es lesiva para Venezuela y debilita a PDVSA. La intención de vender CITGO sería mucho más perjudicial.
 
Por último es de hacer notar que los venezolanos no fuimos informados de cómo se realizó esta negociación con los rusos y, además, hay elementos para sospechar que el producto de la venta será destinado a la compra de armas y a la campaña electoral.
 
Como en botica: Diarias protestas en PDVSA Gas Comunal por el irrespeto al contrato colectivo y por la falta de cilindros y el PIB petrolero sigue negativo. Nuestra solidaridad con Miguel Hernández, el joven de la ocurrente franela. Lamentamos el fallecimiento, en Trinidad, del gran luchador y compañero Edgar Espinel. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

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