sábado, 26 de septiembre de 2009

La Involucion de PEQUIVEN

Eddie Ramirez

En 1953 la dictadura perezjimenista creó la Petroquímica Nacional, la cual se transformó en 1956 en el Instituto Venezolano de Petroquímica(IVP). Por mala gerencia y politización, esta empresa dio pérdidas durante los veinte años que operó. En 1977, el gobierno nacional encargó a PDVSA de convertir una empresa quebrada en una rentable. Inicialmente PDVSA designó un equipo de alto nivel para evaluar su estado operacional y la calidad del recurso humano. Está comisión determinó que las plantas petroquímicas estaban en muy mal estado de mantenimiento y canibalizadas; además su capacidad de producción había sido diseñada solo para satisfacer al mercado venezolano.

En la empresa laboraban 3.500 trabajadores que fueron evaluados tomando en cuenta, entre otros aspectos, la competencia requerida; se determinó que 1500 no cumplían con los requisitos exigidos, por lo que fue necesario prescindir de sus servicios respetándoles sus derechos laborales. En 1978 se constituyó la nueva empresa Pequiven, filial de PDVSA y tres años después de haber concluido el proyecto de conversión, y por primera vez en su historia, la petroquímica tuvo ganancias. Desde luego que esto fue posible porque quienes recuperaron a la empresa eran profesionales de alto nivel y compromiso y contaron con apoyo político y compresión de los sindicatos. Este resumen fue tomado del libro “La forja de un gerente petrolero”, de Héctor Riquezes, uno de los muchos odiseos que lograron lo que parecía imposible.

A partir del 2003 empezó la involución de Pequiven. Aceleradamente se fue perdiendo todo el progreso logrado. El despido de un 25% de sus mejores trabajadores, la designación de una directiva politizada e incompetente, la escasez de personal gerencial y supervisor capacitado signaron la muerte de la empresa. Suponemos que, al igual que el sistema de salud, el teniente coronel la declarará en emergencia y tendrá que inyectarle cuantiosos recursos que irán a fondo perdido.

La Contraloría General y la Fiscalía tienen la obligación de iniciar una investigación para evaluar los planes de la empresa, ninguno de los cuales se ha cumplido, incluidos las plantas complejas, los famosos pañales guayucos y las petrocasas. Es decir, la tan mentada Revolución Petroquímica ha sido un engaño y, además, también deben investigarse las acusaciones de corrupción que son vox populi. No solo hemos perdido los seis últimos años, sino que se echó por la borda todo el trabajo de recuperación de la empresa por parte de los trabajadores de la PDVSA meritocrática. En el futuro cercano, cuando salgamos de esta dictadura totalitaria sigloXXI, habrá que volver a rescatar a la petroquímica, con la dificultad de que PDVSA estará en iguales o peores condiciones, todo por culpa de unos ignorantes resentidos.

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