jueves, 13 de noviembre de 2008

Se solicita revolucionario honesto

(No se requiere moto propia y la buena presencia me tiene sin cuidado)

Andrés Matas


Escribo este artículo con cierta angustia. Me toca meterme en terrenos inexplorados por mí y eso me preocupa. Por eso quiero compartir con mis numerosos lectores (asquerosa propaganda) las razones de mis inquietudes y a la vez quiero solicitar todo el apoyo que me puedan brindar. Paso a exponer los hechos:


Se acercan a mí varios funcionarios públicos a manifestarme que en la institución en que ellos laboran se está fraguando un acto de corrupción evidente. Me piden que denuncie el caso o, en su defecto, les ayude a contactar a alguien en el mundo político o periodístico que se encargue de la denuncia. Ellos no pueden hacerlo por razones obvias, los churupitos que mantienen a sus familias desaparecerían de inmediato. Me presentan las evidencias del caso, las que me llevan a concluir que tienen razón «si esto no es un guiso se parece mucho». Pero enseguida les contesto: «Este no es mi tema, yo no ando por ahí denunciado ladrones y soy muy cuidadoso al respecto. Es muy difícil probar que alguien se está embolsillando comisiones y una acusación de hampón es algo muy grave. Me atrevería a hacerlo si estoy completamente seguro y tengo las pruebas en la mano, pero no es fácil demostrarlo».


Por allí van mis excusas, pero hay otros elementos: «Además, en la situación actual de nuestro país todas las denuncias están politizadas, mira lo que pasó con los empresarios boliburgueses del maletín. Enseguida me acusarían de desestabilizador y me desacreditarían. Dirían que soy contrarrevolucionario, que tengo intereses políticos, que en la IV República era peor y me quedaba callado. En fin, cualquier denuncia que haga caerá en saco roto. Lo mismo pasaría si la hace un periodista o un político considerado de oposición».


Insisten en que a ellos les tiene sin cuidado el aspecto político, lo único que persiguen es defender los intereses de la institución en la cual trabajan, que a la vez son los intereses de todos los venezolanos. Y de repente, como surgen todas las ideas brillantes, se nos prende el bombillo. La única solución es que la denuncia la asuma un revolucionario probado, alguien que esté libre de cualquier sospecha, “Nadie lo va a hacer” me dice uno, y le contesto: «Insinúas que no hay revolucionario honrado, que no hay militantes honestos del proceso que se indignan ante el saqueo del patrimonio público por parte de unos pocos. Insinúas que son todos unos delincuentes. No puedo creerlo».


Y sigo sin creerlo. Un verdadero revolucionario no puede ser corrupto y tampoco puede servir de mampara ante el saqueo de recursos que son de todos, especialmente de los más necesitados. Un revolucionario de verdad tiene que luchar por extirpar estas lacras que se disfrazan de socialistas para medrar a favor propio. Por eso creo que la única solución es lograr que la denuncia salga de adentro, de las propias filas revolucionarias. Así se despejará cualquier duda y la hará imbatible.


Por nuestra parte, nos ofrecemos a explicar y documentar con detalle las pruebas que sustentan este atentado contra la nación y a apoyar con decisión al revolucionario que asuma la dirección de esta batalla.


Bajo estas premisas, quisiera que este artículo cumpliera el papel de aviso clasificado en los siguientes términos:


Se solicita revolucionario honesto, que esté dispuesto a luchar por los intereses de nuestra nación soberana. Con firmes convicciones comunistas y compromiso con los excluidos y explotados de la tierra. Preferiblemente diputado (a) aunque no restrictivo. Tendrán prioridad los militantes del PSUV. Se le requiere para ejercer el más digno compromiso acorde con sus ideales, cual es salvaguardar los intereses de los desposeídos de nuestra noble nación.


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