martes, 16 de febrero de 2010

A Dios rogando y con….

Eddie A. Ramírez

“Clamar a Dios por el sector eléctrico” como solicita el presidente de Edelca es loable, pero quizá la respuesta del de arriba podría ser “si te ayudas, yo te ayudaré”. Aunque Dios, Jehová, Alá quisiera ser aún más generoso con los venezolanos, seguramente exigirá cierta colaboración. Algo así como la reciprocidad que solicitan los banqueros, o el dando y dando popular. Gracias a su magnanimidad nos dio el gran Caroní para que generáramos muchísima energía hidráulica y petróleo para que la complementáramos con energía térmica, pero lo menos que pide es que nosotros pongamos algo de gerencia para administrar esos recursos.

Edelca, al igual que PDVSA, era un ejemplo de empresa del Estado eficiente, que planificaba a largo plazo y cumplía con las metas fijadas. Su personal no se sumó al paro cívico convocado por todos los factores democráticos, por lo que no hubo los despidos masivos como en PDVSA. Sin embargo, no se salvó de la injerencia de los políticos mediocres, los cuales acabaron con la meritocracia y, en consecuencia, con la eficiencia de la empresa. Si a esto le sumamos la falta de mantenimiento de las plantas de generación eléctrica operadas con gas o con líquidos del petróleo, el resultado no podía ser otro que el racionamiento de la electricidad como en Cuba.

Pedirle al “ponchao”que rectifique y designe a los mejores en las empresas eléctricas es perder el tiempo. Sin embargo, ojalá que cuando deje el poder los venezolanos hayamos aprendido, entre otras cosas, el valor de la meritocracia y del mantenimiento de plantas, equipos, carreteras y recursos naturales renovables. Cabe recordar que la PDVSA meritocrática, dentro de sus programas de responsabilidad social y consciente de la importancia del agua, llevaba a cabo, conjuntamente con otros organismos, varios programas de conservación y manejo de cuencas, tales como la del Turimiquire y de la sierra de San Luís, entre otras. Aquí mismo, en nuestro cerro del Ávila, PDVSA mantenía una franja de grama que se regaba en el verano y que actuaba como eficiente cortafuego que durante diez años impidió incendios en la zona donde operaba. Lamentablemente, esos proyectos fueron abandonados y solo durante este año se han registrado setenta incendios en nuestro espectacular cerro y en las cuencas mencionadas se acelera la erosión ocasionando cada vez mayor escasez de agua.

Aunque el Niño de la Patraña sigue insistiendo en la patraña de El Niño, ya nadie se traga su cuento. Hasta hace poco los venezolanos, y especialmente los caraqueños, disfrutábamos de un buen servicio eléctrico. Parafraeando la canción, teníamos “una luz que nos alumbraba, pero llegó la marabunta roja y zás nos la está apagando”. Para solucionar los apagones de la luz, de RCTV, de las 34 emisoras de radio y de la democracia en general, debemos aplicar aquello de a Dios rogando y con el mazo dando. O sea sacando por la vía constitucional a los ineptos que destruyen al país. Para ello se requiere, entre otras cosas, una unidad sincera. Vaya a la Mesa Unitaria nuestra petición para que seleccione candidatos con credenciales de lucha social y contacto con los electores y para que realice mayor número de primarias. Nuestra solidaridad con César Pérez Vivas ante los desconsiderados ataques de algunos de su misma tolda.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

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