sábado, 21 de marzo de 2009

EL MESIANATO

Rafael Gallegos


Los venezolanos del siglo XXI tenemos la curiosa oportunidad de observar cómo, en cámara lenta, un individuo se agarra para sí a todo el país. ¿Totalitarismo por cuotas? Primero ganó la presidencia en buena lid. Luego, se dedicó a maximizar su tiempo bajo el desideratum de “su revolución”: Presidente Perpetuo. Como su ídolo, el tirano Fidel Castro. Convocó una Asamblea Constituyente y mediante una fraudulenta o por lo menos injusta representación, la oposición obtuvo más del 40% de los votos y apenas el 5 % de los diputados. ¿Malabarismos protagónicos y participativos? Posteriormente convocó a múltiples elecciones donde el árbitro usaba franela roja debajo de su uniforme y no le importaba que se le viera. Así, durante diez años – década perdida y década fumada – hemos observado el advenimiento de un Mesías con una Asamblea Legislativa tan sumisa o más que los congresos de Gómez. Aquellos electos a dedo y esta “revolucionaria” por fortfeit, con la abstención más grande de que se tenga noticia.


Gómez le decía a su sumisa asamblea yo voy a dejar la presidencia y vergonzosamente diputados a dedo le gemían: noooo, noooo, noooo, dicen que hasta asomaban sus lágrimas de cocodrilo. Busquen los textos de historia respectivos y comparen con los ya célebres y Dios me perdone, vergonzosos “uh ah Chávez no se va” repetidos en las sedes de algunos poderes “autónomos”. Los regaña, los manda a redactar leyes express. ¿Legislación por regaño? Todos los Poderes coadyuvan a violar la constitución, cohonestan los abusos desde el poder. Jugo, zumo, hugo, se han licuado en un solo hombre. ¿Éste tiempo será recordado como el mesianato?


Se trata del gobierno de menos nivel gerencial en la historia de Venezuela. Por eso interpretan todo tan mal. El foquismo del Ché lo asumieron aplaudiendo cómo focas. La Revolución Permanente de Trosky la interpretaron como la Violación Permanente de la Constitución. Y si estuviera vivo Pio Gil, su magnífica obra Los Felicitadores, sería un niño de pecho ante tanta sumisión y adulancia.


Yo Mesías y todos ustedes: pueblo. Todo el poder para yo, así tenga que destruir al país para ser el presidente para toda la vida. Su ego es más grande que las necesidades de los ciudadanos. Y los sumisos que lo apoyan sin discutir. Son su caldo de cultivo. Sin los alemanes que deliraban por Hiltler en sus mitines no hubiera habido nazismo. Sin las masas que creyeron que Fidel Castro quería mejorar a Cuba cuando se declaró marxista leninista, no existiera ese desastroso comunismo cubano. Sin los ministros que le ofrecían sus hijas a Chapita, los dominicanos se hubieran ahorrado treinta años de miserias. Igual, los venezolanos “foquistas” que aplauden esta ruta hacia el abismo, o peor, los que evaden la realidad y dicen eso no es conmigo, o los se instalan comodamente en el televisor como espectadores pasivos, son cómplices de esta destrucción del país. Parece una ley histórica, al final, todos corren por los albañales al son de yo no sabía, yo no sabía


¿Exagero cuando digo destrucción? Siga leyendo: PDVSA, Guayana, empresas privadas, haciendas transformadas en basureros, instituciones, hospitales. Intervención, destrucción y hambre… del pueblo. Sume y siga. El Presidente, cual madre desnaturalizada de la anécdota de Salomón, ha preferido destruír a la patria, a que la mande otro.


Ahora inventan tomar los aeropuertos, puertos y autopistas y que para evitar que se divida el país. Todo lo que toman lo acaban. Esta es la “revolución” quiebracompañías. Midas al revés. Son el enemigo número uno de la producción. ¿Quedará algo en pie cuando se vayan?

COLEO


¿Recuerdan, los que jugábamos metras, a los más grandes que tomaban las de los más chiquitos a la voz de “coleo”? Así actúa el mesianato con Ledezma, Capriles, Pérez, Morel, Pérez Vivas, Salas y los alcaldes que le demostraron al gobierno que ya perdió las grandes ciudades. El mesianato, a la voz de “coleo” les quita competencias. Hospitales, puertos, aeropuertos y paremos de contar… puro saboteo. La “revolución” tiene miedo de que se demuestre que los otros son mucho más eficientes. Se repetirá la historia del muro de Berlín, que cayó porque los famélicos hombres nuevos del hambre nueva comunista, se asomaban por un huequito y comparaban miseria y represión con la prosperidad y felicidad del otro lado del muro. Los venezolanos ya comparamos el salto cuántico de la gestión de las nuevas autoridades.


Ante este coleo, el pueblo, o sea usted y yo, está en el deber ineludible de reclamar sus derechos, los de sus hijos. O aplaudimos como focas o defendemos el futuro de la patria. No hay término medio. Todos los días, la bíblica ineficiencia y la pequeñez de esta “revolución”, nos roba calidad de vida. Ah! y no fumen tantas limpias con la nueva Geometría del Totalitarismo y sus Vicepresidentes, que aquí la única Autoridad Única, es el Mesías.


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